La Carta N° 10 del Maestro K.H.
Editorial Febrero 2017
“Nuestra Doctrina no conoce términos medios. Ella afirma o niega, porque nunca enseña sino aquello que sabe que es Verdad.”
En varias oportunidades, hemos hecho mención de esta carta, porque en ella se encuentran muchas respuestas principalmente sobre las creencias que el hombre ha adquirido en las varias etapas de su evolución en este mundo. Estos Maestros, revelan en sus enseñanzas que la creencia en Dios o Dioses, está basada generalmente, en esas fuerzas de la Naturaleza que el hombre no entiende y las ha personificado, dándoles nombres y atributos. “Sabemos que hay vidas espirituales, planetarias y otras y sabemos que en nuestro sistema no hay eso que se llama Dios, ya sea personal o impersonal. Parabrahm no es un Dios, sino la Ley inmutable y absoluta, e Iswar es el efecto de Avidya y Maya, ignorancia basada en la gran ilusión. La palabra “Dios” inventada para denominar la causa desconocida de aquellos efectos que el hombre ha admirado o temido sin comprenderlos: y puesto que nosotros pretendemos poseer el conocimiento de esa causa y demás causas -lo cual podemos probar- estamos en situación de sostener que no hay Dios o Dioses detrás de ellas”. La contundencia de este Maestro, sorprende, pero a la vez es admirable, como afirma que ellos están dispuestos a demostrar que poseen ese conocimiento. La gruesa capa de superstición abarcaba al mundo y ellos sabían que era importantísimo que, para el progreso de la humanidad era necesario destronar las falsas creencias basadas en dogmas que esclavizaban bajo el miedo y el poder. Y a la vez, proporcionar a la ciencia, conocimientos de las Leyes ocultas que le permitiera comprender que la raíz de todo fenómeno físico no está jamás en esta materia, sino que detrás de ella existen diferentes tipos de materias y una sucesión de ordenados poderes que llevan en armónicas energías a la partícula o al átomo hasta llegar al hombre, hacia la cumbre de su perfección. Aquí ellos abordan la mayor superstición que arrastra al hombre sin darse por responsable, de los males que causa. Es el hombre la víctima de sus propios crímenes, pero, he aquí que se ha buscado un ser maléfico para endilgarle la responsabilidad como tentador y para hundir en los vicios a toda la humanidad y tratar de liberar al culpable, pero he aquí la visión de estos Sabios…. “El más auténtico procede de la inteligencia humana, y su origen reside enteramente en el hombre racional, que se disocia de la Naturaleza. La humanidad es, por consiguiente, la única y verdadera fuente del mal” … “Piense profundamente y encontrará que, con excepción de la muerte, que no es un mal sino una Ley necesaria, y de los accidentes, que encontrarán siempre una compensación en una vida futura, el origen de todo mal, sea pequeño o grande, está en la acción humana, en el hombre, cuya inteligencia lo hace el único agente libre de la Naturaleza” … “Por consiguiente, no se debe culpar ni a una deidad imaginaria ni a la Naturaleza, sino a la condición humana, envilecida por el egoísmo”. El problema de las religiones, también es tratado como una fuente de males para la humanidad, lo que debiera ser una verdadera guía moral, se convirtió en un poder y hoy la mayoría de los sufrimientos humanos son por causas religiosas… “Es en esas ilusiones que el hombre considera sagradas, donde él debe buscar la fuente de esa multitud de males que son la maldición de la humanidad, y que casi anonadan al género humano. La ignorancia creó Dioses y la astucia aprovechó la oportunidad”.
Finalmente, el Maestro, nos muestra la raíz desnuda de nuestra condición humana y de nuestros sufrimientos, no con sus palabras, sino con la palabra llena de Sabiduría del Buddha, que le brinda a toda la humanidad, el Conocimiento para que conozca cómo liberarse de la esclavitud de la ciega ignorancia. En esta carta, el Maestro insta a que se lea el primer Khandhaka, donde después de haberse tornado Sambuddha él habló de la cadena de causalidad, y culmina con estas frases… “Sabiendo esto el Bendito hizo esta solemne afirmación, “Cuando la Naturaleza real de las cosas se hace clara para el Bikshu en meditación, todas sus dudas se desvanecen, puesto que ha aprendido qué es esta Naturaleza y cuál es su causa. De la ignorancia nacen todos los males. El Conocimiento produce la cesación de este cúmulo de sufrimiento y entonces el Brahman en meditación se yergue y dispersa las huestes de Mara, como el sol que ilumina el cielo” - Esta meditación implica las cualidades sobrehumanas, (no sobrenaturales) o el estado de Arhat, en lo más elevado de sus poderes espirituales”.
Esta carta ha sido estudiada por una importante cantidad de estudiantes de Teosofía, es extensa y no ha sido reproducida en esta Editorial, con el propósito de que los estudiantes la busquen, la lean y la estudien en su totalidad. Si bien, ha pasado mucho tiempo desde que esta carta fue escrita, muchos de los problemas de la humanidad son tan vigentes hoy como en esa época, lo cual demuestra que el modernismo actual, no se puede tomar como un referente de cambio en muchas de las actitudes humanas, aunque si, es de destacar el enorme interés que tienen muchos jóvenes por la Teosofía, y estas Editoriales, son leídas y esperadas por mucha gente estudiosa por todo el globo, pero, en muchas partes aún no son conocidas las cartas de estos Maestros, y es necesario que todo buscador de la Verdad se ponga en contacto con ellas, pues encontrarán mucho de las enseñanzas de H.P.B., que ampliarán sus conocimientos.
Lo más próximo a un Maestro hoy, son estas cartas, en ellas se traslucen sus preocupaciones por la discordante conducta humana, inmersa en creencias que no son más que fantasías. La Verdad, es un largo camino hacia lo Absoluto, aún, no hemos desentrañado los misterios de la Mente en sus dos básicos aspectos, la psicología actual ha comenzado a investigar en toda la literatura Teosófica, puesto que han encontrado el hilo de Ariadna y ahora si, será posible entrar al Laberinto de la Mente sin perderse en los cortados pasajes de la especulación. La Religión y la Ciencia, deben buscar en estas fuentes de Sabiduría Arcaica lo que en realidad mueve todo el Universo, dotado de inteligencia como el hombre está, debería unirla a esa fuente, hasta ahora esta humanidad sólo ha demostrado un grado de inteligencia e intelecto buscando en un sólo aspecto de lo Absoluto, el más importante, recién alborea en el horizonte de esa inteligencia, pero, si esta Sabiduría Arcaica es investigada y se siguen sus proposiciones, seguramente el hombre religioso y el científico logrará unir estas dos partes, pues, la inteligencia sin Sabiduría, sólo los guiará hacia callejones sin salidas, como hasta ahora ha ocurrido y los males siguen avanzando sobre esta “paria humanidad”.
E.S.C.
Integrante del Centro