¿Quién le Jugó esa Broma a H.P.B.?
El Rompecabezas de El Glosario Teosófico
Editorial Febrero 2019
Este mes presentamos un editorial en cual se destaca la importancia de informarnos correctamente, para de este modo no cometer la equivocación de algunos estudiantes que por confiar en lo primero que leen o les dicen, y no realizar una investigación más exhaustiva, luego propagan errores llegando a poner palabras y pensamientos en la boca de personas que nunca las pronunciaron. Es bueno recordar que el autor de este importante artículo era el sobrino nieto de H. P. Blavatsky, y que dedicó gran parte de su vida a recopilar y republicar todos los escritos de H.P.B. Es gracias a su trabajo que hoy contamos con todos sus artículos ordenados por fecha en los 14 tomos de los Collected Writings (a los que se le agrega el tomo 15 del Index). También publicó una nueva edición de La Doctrina Secreta y de Isis Develada, ambas con un excelente trabajo editorial, y tradujo al inglés su libro de cuentos Por las Cuevas y Selvas de Indostán. Entre sus planes estaba la publicación de La Clave de la Teosofía y La Voz del Silencio, de esta última sabemos que dejó una versión revisada y con comentarios lista para publicar, aunque por alguna razón hasta ahora esta edición no vio la luz. Sin embargo, dentro de esta monumental obra, el compilador tomó la decisión de no incluir El Glosario Teosófico.
Boris de Zirkoff era un minucioso investigador y un editor detallista, y todos sus publicaciones están acompañadas de un trabajo arduo y cuidadoso en las cuales demuestra el respeto y la devoción que tenía por lo que hacía, y en este artículo nos deja las conclusiones a las que llegó con respecto a esta obra y por qué considera que es mejor no volver a publicarla.
Como él mismo comenta, si bien el Movimiento Teosófico fue precursor en la difusión de términos orientales en occidente, con el tiempo (en gran parte gracias al trabajo realizado por nuestro Movimiento) se realizaron importantes adelantos en este campo, y muchos más desde que este artículo fue escrito. El cambio en la consideración de los eruditos sobre las filosofías y religiones antiguas permitió llegar a sus lenguajes sin tantos prejuicios y acercarse al significado que le dan los propios integrantes de cada escuela, secta, religión o grupo a los términos que utilizan. Los años han permitido que salga a la luz una gran cantidad de manuscritos y textos desconocidos que, en muchos casos, avalan y completan lo que dijo H.P.B. en sus escritos y le permiten acceder al estudiante-investigador a una cantidad de información que no existía en esa época. Hoy en día existen muchos diccionarios y enciclopedias en las que se pueden encontrar muchas definiciones de términos utilizados en los escritos teosóficos, e incluso dentro de nuestro Movimiento se realizó un importante intento al publicar en 1933 el Occult Glossary de G. de Purucker (con una nueva edición revisada en el 2011) en el cual es posible que el mismo Boris de Zirkoff haya colaborado, dado que en ese momento se encontraba en la Sociedad Teosófica de Point Loma, lugar donde el libro fue publicado, aunque no podamos garantizarlo. Así mismo desde esta institución se ha estado trabajando en una versión online, Encyclopedic Theosophical Glassary, que está en continuo progreso, aunque tanto el libro como la versión online carecen de una traducción en castellano que conozcamos1.
Por último es importante señalar que este artículo se refiere a la edición en inglés del Glosario, ya que la edición publicada en castellano fue ampliamente extendida por el traductor, el Sr. J. Roviralta Borrel, y si bien al principio del texto hay una pequeña aclaración donde dice que los términos agregados están marcados con un asterisco y las frases agregadas se encuentran entre corchetes, en muchos casos no existe referencia alguna a de dónde fueron sacados todos estos agregados, que incluso en muchos casos contradicen lo que enseñó H.P.B., como en el caso de la ubicación del tercer ojo cuando habla de la tercera raza. Esto claramente no hace más que potenciar las declaraciones de este artículo sobre lo inexacto y problemático de decir que esta obra es de H. P. Blavatsky.
Presentado por el Centro
En algún momento durante la primavera de 1892 la Theosophical Publishing Society de Londres publicó una obra titulada El Glosario Teosófica bajo el nombre de H. P. Blavatsky, incluyendo, al mismo tiempo, el pie de imprenta de la oficina del The Path en Nueva York y del The Theosophist de Adyar, Madras, India.
En el número de febrero de 1892 de The Path (Vol. VI, pág. 358) se anuncia que esta obra se encontrará a la venta dentro de seis semanas; y en el número de abril del mismo año (Vol. VII, pág. 28) hay una pequeña reseña donde se la describe como siendo editada por G. R. S. Mead.
Esto, por supuesto, sucedió cerca de un año después de la muerte de H.P.B. en mayo de 1891.
Sin embargo, el texto de esta obra debe haber estado prácticamente listo mucho antes de esta fecha, ya que en el The Path de diciembre de 1890 (Vol. V, pág. 295), fechado el 5 de noviembre de 1890 —alrededor de un año y medio antes de su publicación efectiva y meses antes de la muerte de H.P.B.—, se habla de él como completo y listo para enviar a la imprenta en unos pocos días. Aquí también dice que será publicado “con el Simbolismo Arcaico”, lo que sea que esto pueda haber significado.
El libro también fue brevemente reseñado por el Cnel. Olcott en el The Theosophist de abril de 1892, Vol. XIII, págs. 444-45.
El Prefacio, firmado por Mead, está fechado en enero de 1892, diez meses después de la muerte de H.P.B.
La obra contiene 389 páginas e incorpora 2767 diferentes términos, con sus correspondientes definiciones, ordenados alfabéticamente.
En el Prefacio se nos informa que este trabajo es “prácticamente por completo póstumo” y que H.P.B. “sólo vio las primeras treinta y dos páginas de prueba”. Esta afirmación parece facilitar la deducción de que esta obra no fue a la imprenta “unos pocos días” después del 5 de noviembre de 1890, porque, si la imprenta hubiese trabajado el manuscrito durante los seis meses siguientes, H.P.B. podría haber visto, seguramente, mucho más que 32 páginas de prueba antes de morir. De esto podríamos conjeturar que el manuscrito no fue enviado a la imprenta sino considerablemente más tarde, posiblemente al comienzo de 1891. Lo que sucedió durante este periodo de tiempo, y durante el resto de 1891, en lo que concierna al manuscrito, no lo podemos determinar excepto con respecto a una situación, a saber, que cierto número de términos con sus definiciones fueron extraídos del manuscrito e incluidos en el Glosario Especial de la segunda edición de La Clave de la Teosofía, cuando H.P.B. todavía estaba viva, al final de 1890.
En lo que respecta a Mead, él nos hace saber, en el Prefacio de la obra, que H.P.B. deseaba expresar su deuda a cuatro obras “en lo que concierne al orden de los datos”, a saber, el Sanskrit-Chinese Dictionary de Eitel, el Hindu Classical Dictionary de Dowson, el Vishnu-Purāna de Wilson y la Royal Masonic Cyclopaedia de Kenneth R. H. MacKenzie. También señala que las definiciones que están firmadas W.W.W. son de William Wynn Westcott.
Basados en esta declaración daría la impresión de que El Glosario Teosófico es un trabajo principalmente de H. P. Blavatsky, con cierto número de citas de una cantidad bastante reducida de obras. Esta impresión se ha establecido bastante bien dentro del Movimiento Teosófico, y se han publicado varias ediciones de este libro por distintas Organizaciones Teosóficas.
Los hechos, sin embargo, difieren considerablemente.
Un análisis cuidadoso de las definiciones y de las fuentes probables de donde ellas fueron tomadas, ha revelado que de las 2767 definiciones un mínimo de 2212 han sido sacadas de las obras de un gran número de académicos, ya sea textualmente o con muy pocos cambios, y sin reconocimiento alguno; en ciertos casos una o dos líneas han sido agregadas dando una interpretación oculta, probablemente por la misma H.P.B., tales casos son muy pocos.
Entre las obras que más se utilizaron con total libertad se encuentran las siguientes:
A) Las mencionadas anteriormente.
B) Egyptian Belief and Modern Thought de Bonwick.
C) Chaldean Account of Genesis de George Smith.
D) El Glosario de Términos de Five Years of Theosophy.
E) Asgard and the Gods de Anson.
F) Qabbalah de Myer.
G) Eastern Monachism de R. Spence Hardy.
H) Buddhism in Tibet de Emil Schlagintweit.
Hay 124 términos firmados por W. W. Westcott; 217 términos idénticos, prácticamente, a los que aparecen en el Glosario de la segunda edición de La Clave de la Teosofía; alrededor de 25-30 términos sacados de La Doctrina Secreta; y alrededor de 70 términos sacados de Isis Develada.
Cuando se considera que para la interpretación y elucidación de hechos y términos que pertenecen a la Cábala y otros asuntos del hebreo antiguo, se confió en la ayuda de W. W. Westcott, es difícil de entender por qué no se le entregaron los términos en Sánscrito a estudiosos competentes de la India, muchos de los cuales eran Miembros leales de la S.T. en esa época.
Es lamentable que se haya permitido que perduren tales errores a lo largo de los años, dando lugar a críticas hostiles y desprecio por parte de personas versadas en estos temas. Es difícil de entender por qué, por ejemplo, Adhyātma-vidyā, que significa “la ciencia o el conocimiento de Ātman”, fue definida como “la luminaria esotérica”. Es bastante curioso que esté definido precisamente de este modo por Eitel en su libro, y así somos bendecidos con los errores de los estudiosos honestos pero incompetentes del siglo pasado. Amitābha es un término sánscrito que significa “esplendor ilimitado” o “gloria infinita” —si alguna vez nos podemos acercar a una traducción real— por lo tanto no es una “degeneración china del Amrita Buddha sánscrito”. Aindriya significa literalmente “perteneciente a los sentidos” y no “Indrani, la esposa de Indra”. Apāna es uno de los prāṇas, y difícilmente sea “una práctica de Yoga”. Arasa Maram no está en sánscrito sino en tamil, como lo indica la m final (adicionalmente a su significado), es el nombre común del árbol Pipal.
Imagínense al “Bagavadam” (Bhāgavata) descrito como “una Escritura tamil sobre Astrología y otros temas”, cuando es uno de lo más celebres de los dieciocho Mahapurāṇas que trata de Viṣṇu, Kṛṣṇa, la Creación, y las historias de varios soberanos. Dhyān-Chohanes significa, si se traduce literalmente, “Señores de la Meditación” y no “Señores de la Luz”. El término Me-lha se refiere a un dios del fuego tibetano, no está escrito en sánscrito ni tiene nada que ver con las Salamandras que son elementales. Y cuando se habla de Midgard de la mitología escandinava, el término se refiere a la Tierra, el hogar del hombre entre el cielo y el infierno, la serpiente Midgar fue asesinada por Thor; es Nidhogg, y no Midgard, que roe las raíces de Yggdrasil, el Fresno de la Vida.
Las definiciones de los Días y las Noches de Brahmā están completamente erradas. Un Día de Brahmā es equivalente en duración a 1000 Mahāyugas. Este es un periodo de 4 320 000 000 años (ver Bhagavad-Gītā, VIII, śloka 17). Una Era de Brahmā representa el periodo de vida de Brahmā, el cual se indica en el Mahābhārata es un período de 100 años de Brahmā. Este es equivalente [cada año de Brahmā, que son 30 Días y 30 Noches por 12 meses] a 311 040 000 000 000 años, una cifra que consiste de quince dígitos.
Una inspección parcial de las primeras cuatro letras del Glosario ha revelado no menos de 40 traducciones erróneas de alrededor de 300 términos, realmente un porcentaje muy elevado.
Los casos expuestos anteriormente deberían ser suficientes para nuestro propósito.
Un examen más detallado que el que ya se ha realizado, sin dudas, simplemente incrementarán la lista de errores, y es dudoso que esto pueda tener algún valor real2.
Nos enfrentamos a un intento perfectamente honesto pero lamentablemente inadecuado de parte de varios de los primeros eruditos por comprender el sutil significado de antiguos términos orientales y de otras clases, y de dar su fonética o su forma verdadera en letras inglesas. Desde aquellos días, la erudición en los campos de egiptología, orientalismo, investigaciones clásicas y temas similares han avanzado considerablemente, y las primeras definiciones han quedado completamente obsoletas; han quedado superadas por un conocimiento más vasto y una precisión mucho mayor, aunque aún, desde el punto de vista del estudio oculto, incluso la erudición de hoy en día se encuentra retrasada y a menudo es bastante materialista.
Publicar El Glosario Teosófico en su estado actual simplemente significaría perpetuar voluntaria y deliberadamente cientos de errores; también implica atribuírselos, por lo menos parcialmente, a H.P.B., al suponer que las definiciones son suyas, ya que no se da ninguna fuente de referencia; mientras que en realidad, cuando se hace una explicación adecuada y un análisis del texto, nada puede ser más erróneo que suponer que la misma H.P.B. haya sido responsable por la mayoría de las definiciones que se encuentran en el libro. Por lo tanto es totalmente injusto y desleal para con ella hacer esto.
Corregir las cientos de definiciones erróneas sería una tarea de un valor incierto, porque sin importar qué tan bien se haga aun contendría errores, algunos, quizás, insospechados por el Editor. Sustituir las definiciones de los antiguos eruditos por las actuales y mejores, sería una alteración drástica de la obra completa. Eliminar todas las definiciones que pertenezcan a otras personas que no sean H.P.B. y, tal vez, W. Wynn Westcott, sería probable pero posiblemente imprudente, dado que cientos de términos usados hoy en días por los estudiantes no tendrían ninguna definición en absoluto. Corregir tanto como se pueda corregir, insertar todas las referencias que faltan y marcar las citas con comillas, y luego completar editorialmente todas las definiciones que faltan, hacer el trabajo más adecuado y completo, significaría prácticamente reescribirlo. Su tamaño podría en este caso incrementarse considerablemente.
Queda la posibilidad de extraer de él todo lo que obviamente es de H.P.B., lo cual es relativamente fácil de hacer, debido a su estilo y a las referencias a asuntos ocultos de los cuales ninguno de los otros eruditos tenía conocimiento en absoluto. Podría ser factible agregar el material escrito por H.P.B. al Glosario de La Clave de la Teosofía, con una explicación completa de la razón por la cual se hace y de los antecedentes completos de este tema.
Cuando la naturaleza del material que se encuentra en El Glosario Teosófico es considerada sin prejuicios o ideas preconcebidas, y los hechos delineados más arriba se mantienen con claridad en la mente, es difícil creer que la publicación de esta obra en 1892 se haya realizado en buena fe. El continuar publicándola hoy en día le hace daño a la Causa, y ciertamente, que se haga aparecer su nombre en negrita en la portada de una obra llena de errores y que con cuya producción haya tenido muy poco que ver, genera una imagen absolutamente injustificada sobre la memoria de H.P.B. Ya es hora de que estos hechos se expresen sin ambigüedad para la información de los estudiantes serios.
Boris de Zirkoff
1- [Tanto el libro como la versión online pueden verse en la página de la Sociedad Teosófica de Pasadena y pertenecen a su editorial The Theosophical University Press, https://www.theosociety.org/pasadena/ts/bio-gdep.htm.]
2- Boris de Zirkoff dejó una copia de El Glosario Teosófico con una gran cantidad de marcas y comentarios, la cual fue escaneada y puede descargarse desde la página Theosophy Wiki, allí también se encuentra una tabla explicativa de las abreviaturas utilizadas por él, http://theosophy.wiki/en/The_Theosophical_Glossary_(book) .(N. de los T.)
Nota:
- Este artículo aparece originalmente en la revista Theosophia en el número de invierno de 1967-68 bajo el nombre Who Played That Trick on H.P.B.? La traducción fue realizada por el Grupo de Traductores del Centro en Argentina.