El Centro, un Nuevo Intento

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Editorial Febrero 2013

 

    Un gran intento comenzó a gestarse en el año 1875, un intento que traería al mundo un conocimiento que por mucho tiempo no llegó a la mayor parte de la Humanidad. El materialismo en todas sus formas, amenazaba con petrificar la mente de toda la raza humana, para caer finalmente en el olvido total de su procedencia Divina. La valentía, la intrepidez, la osadía unida a un gran compromiso trajeron al mundo a un pequeño grupo de personas que comenzó con la ardua tarea de llevar adelante un Plan que pudiera permitir sacar a la Humanidad del estancamiento espiritual en el que se encontraba. Este plan tenía a su cabeza a una personalidad de características extraordinarias, Helena Petrovna Blavatsky.

    Los ingentes esfuerzos dieron sus frutos y la fundación de la Sociedad Teosófica hizo su aparición en el mundo, dando a conocer el origen común de las religiones, el origen y la evolución del hombre, su composición septenaria, la evolución de las razas y el Plan Divino desde el Hombre al Kosmos.

    Esta incansable trabajadora llevada adelante por un grupo de Sabios, custodios del Saber más elevado, dejaron una herencia de conocimiento supremo para toda la Humanidad, sus Maestros a través de ella pusieron en marcha un Plan para despertar a una Humanidad dormida en la ignorancia y la superstición. Con la desaparición de H.P. Blavatsky, el movimiento Teosófico comenzó a fraccionarse en varias instituciones. Con el correr del tiempo, muchas han desaparecido ya, otras han perdurado hasta nuestros días. Las filas de trabajadores comprometidos con la encomiable tarea de llevar adelante el Plan Original siempre ha estado compuesta por muy pocos y la acción de la filantropía se ha enflaquecido riesgosamente en los grupos de estudiantes de Teosofía, esto llevó a que un grupo de estudiantes, muy pequeño por cierto, intente engrosar un poco la tarea de informar más sobre la Teosofía Original dada por H.P. Blavatsky y sus Maestros, creando un Centro de información para que todo estudiante de Teosofía encuentre la información necesaria para su propio adelanto físico y espiritual. Nuestra tarea entonces, estará abocada a informar y colaborar con aquellas instituciones que requieran información, dando un paso unitivo y fraternal con todos los integrantes de distintas instituciones. Los estudiantes de Teosofía somos realmente pocos y el mundo actual está tan convulsionado por la violencia, la ambición y el egoísmo que requiere la unión de más intentadores con el firme propósito de elevar la Conducta Humana hacia la ética y moral más elevada como enseña la Teosofía. Este Centro propone el profundo estudio sobre la Conducta, y no nos referimos a una Conducta llevada por la moda del momento sino, a esa Conducta de valores eternos e imperecederos avalados por la Ética y Moral espiritual de todos los tiempos, enseñados por los más altos exponentes espirituales, profetas, Cristo, Buddha y más. Todo esto debe incluir el no menos profundo estudio de las Leyes inmutables de la Naturaleza, y cuando hablamos de Leyes de la Naturaleza se nos aparece en la mente la más profunda y madre de todas, El Karma; si la actual juventud aprendiese los inmensos valores de la Conducta y las Leyes de Karma, seguramente sus vidas se transformarían, porque cambiarían sus valores por la vida y el respeto por la misma vida de los demás. La vida sin un control moral, con un desconocimiento de las leyes de la Naturaleza da como resultado un ser Humano condenado al peor de los sufrimientos y a una Humanidad sin futuro. Todos reclaman derechos pero estos hay que ganarlos, como toda esta sufriente Humanidad que ya ha ganado por derecho, su lugar en la evolución. Ha recorrido un largo e inmenso camino en un proceso de cambiantes formas y culturas y ha llegado a un punto en el que debe elegir entre lograr su meta más elevada o sucumbir lastimosamente sin alcanzar su anhelo Espiritual. ¿Por qué perder esta gloriosa oportunidad bien ganada por cierto?, el último trecho podrá ser el más difícil pero no imposible si nos imponemos una poderosa voluntad de ser mejores y luchamos denodadamente para vencer nuestras más crueles debilidades, perseverando, puesta fija nuestra mirada en nuestro ideal más elevado, seguramente triunfaremos, que no nos gane la pereza mental, el miedo, la cobardía de ser una buena persona, el creer que uno no puede, pues en este anquilosamiento mental perecieron muchas culturas y otras tantas Humanidades, ¿queremos terminar de la misma y pobre manera?, debe existir en algún rincón del corazón Humano esa valentía de querer impulsarse a su Divina estatura espiritual, aún con todas las dificultades que ello implica, pero no debemos permitir que tanto sacrificio de la Naturaleza se pierda por la tamaña cobardía de no comenzar a intentar en nuestra corta existencia, el colaborar por el bien común y por esa realización física y espiritual que acabaría con tanto sufrimiento inútil. Está en nuestras manos, o mejor dicho en nuestra mente y corazón, tratar de hacer un intento por ser mejores en nuestra vida, sin fijarnos si los demás lo hacen o no, y porque los demás no lo hagan dejar de intentar, hay una valentía natural que brotará del interior de cada intentador, producto de la conquista interior de muchos ciclos de evolución, esa fuerza desplegada de esta valentía debe ser aprovechada al máximo porque seguramente nos impulsará siempre hacia adelante y siempre a lo mejor.

    Quizá, en “este valle de lágrimas”, como reza el Cristianismo, nunca se logre una plena y universal felicidad, pero sí podemos lograr disminuir el poder de una Conducta tan cruel y despiadada entre Hermanos, tanta indiferencia, tanta violencia que condena más al agresor que a la víctima porque las leyes de la naturaleza actuarán sin impedimentos sobre el que infringió la ley de armonía y esto es Karma, y Karma es la cárcel del alma creada por el propio individuo, condenado a una larga serie de existencias sentenciado por sus actos, hasta su última gota pagará su deuda, ¿por qué tentar negativamente a la poderosa ley de Karma y pasar por tamaño infierno?

    H.P. Blavatsky, pidió a los estudiantes de Teosofía, continuar con este maravilloso intento, que trabajemos unidos a pesar de las diferencias, que si la Teosofía lograba penetrar en la Mente y Corazón de la Humanidad habría esperanzas para esta misma Humanidad, llamada la Gran Causa, que la Fraternidad debería unirnos a todos por el bien de todos, que las desuniones son la nota discordante entre los trabajadores y es la muerte y tumba de todo buen intento. Este humilde Centro es en sí mismo un intentador más, pues simplemente somos estudiantes tratando de ayudarnos entre estudiantes y a la vez colaborando con todo aquel buscador que siente bullir en su corazón el poderoso llamado de su propia Alma Espiritual.

    Más de treinta años se tardó en hacer realidad este Centro, treinta años de muchas dificultades, donde muchos intentadores quedaron en el camino, pero la consigna era no claudicar y un pequeño grupo no lo hizo y hoy el “Centro de Estudios de la Teosofía Original”, está viendo la luz y creciendo en ella, este Plan fue seguido minuciosamente a través de toda la literatura Teosófica, sutilmente escrito por sus fundadores. Así se pudo descubrir que la Teosofía y los Mahatmas de Sabiduría se pueden encontrar donde los sinceros trabajadores por la verdad trabajen y obren según sus arcaicas enseñanzas y no en las rimbombantes edificaciones que pretendan este hecho por la simple razón de que en sus fachadas se ostente la palabra Teosofía. La sagrada residencia de la Teosofía está en el corazón Espiritual del Hombre que ha elevado su vida y su Conducta hacia el servicio de toda la Humanidad, esta entrega a la Gran Causa hizo que H.P. Blavatsky, W.Q. Judge y H.S. Olcott, los fundadores iniciales del Movimiento Teosófico, inmolaran sus vidas en el espiritual altar del servicio, sin más recompensa que el deber cumplido, amparados por los Maestros de Sabiduría en esta obra extraordinaria; dejaron al mundo el dorado hilo de oro de la Sabiduría, que sin duda alguna, guiará al estudiante de Teosofía a cruzar el obscuro laberinto de la vida física, hasta alcanzar la divina luz de su verdadero e íntimo YO.

    Cerramos entonces esta primera Editorial, dejando espacio para que hable desde el presente eterno a nuestra amada maestra, que nos supo dejar su legado de Amor para que nuestras vidas tengan el más noble y bello motivo de ser vividas, cultivando el Altruismo, la Filantropía y el Amor Espiritual para Servir a esta Gran Causa, la Humanidad.

    “Una de las consideraciones más importantes que deben tener presente es, la multiplicación de los CENTROS locales. Cada quien debe esforzarse para ser en sí mismo un centro de trabajo. Cuando su desarrollo interior haya alcanzado un cierto punto, el atraerá naturalmente bajo la misma influencia, a aquellos con los que esté en contacto; de esta manera se FORMARÁ UN NÚCLEO, alrededor del cual se reunirá otra gente, formando un CENTRO del que irradiará información e influencia espiritual y hacia el cual SON DIRIGIDAS INFLUENCIAS MÁS ELEVADAS. Pero que nadie establezca un papado en vez de Teosofía, ya que esto sería suicida y siempre ha terminado de la manera más fatal. Todos nosotros somos COMPAÑEROS ESTUDIANTES, más o menos avanzados; nadie que pertenezca a la Sociedad Teosófica podrá considerarse a sí mismo más que los demás y, a lo sumo, como un alumno maestro; uno que no tiene derecho a dogmatizar”. H.P.B.*

     Todos los deseos y pensamientos de H.P.B. pueden resumirse en estas palabras:

    “Sed Teósofos, trabajad por la Teosofía. En vuestras manos, Hermanos, se ha puesto confiadamente la salvación de los tiempos futuros y grande es esa confianza como grande es vuestra responsabilidad.”

    Finalmente, seguiremos la consigna dada por H.P.B. y sus Maestros, lo que nosotros consideramos como una gran oportunidad. Quiera la buena Ley de Karma que este Centro cumpla con los propósitos por los que fue fundado y sirva cual brújula que apunta hacia el Norte de las enseñanzas de Atma Vidya o Teosofía, y que muchos estudiantes de Teosofía encuentren su hilo de oro que los guíe hasta alcanzar su más alta aspiración al servicio de toda la Humanidad.

EL CENTRO

 

*Extraído de la primera carta a la Convención Americana Abril 1888.