Por una Global Conducta Correcta
Editorial Mayo 2013
Esta segunda Editorial que entregamos este mes, trata el tema que más nos preocupa a los estudiantes de Teosofía, todo individuo que comienza con estudios como estos se encuentra de pronto con una de las mayores dificultades a resolver, La Conducta.
Ciertamente, el mayor obstáculo con el que nos encontramos cuando comenzamos con los estudios de Teosofía, es nuestro comportamiento. El mismo ha sido formado en una raza determinada, en una cultura con hábitos y costumbres propias del medio en que se nace, además del Karma natural que cada individuo trae al nacer, todo esto debe corregirse en la mayor parte, pues, si se quiere adelantar aún a pequeños pasos en el campo de la evolución, debemos reformar nuestra conducta, porque la que poseemos puede tornarse en nuestro mayor impedimento.
Si observamos nuestra sociedad actual, veremos como los desvíos ocasionados por una conducta incorrecta ha llevado a casi toda la Humanidad a un nivel de miserias incontables con su consiguiente sufrimiento. Al reencarnar ya deviene sufrimiento natural por Karma, luego adicionamos los que nos proporciona gratuitamente el medio social en el que vivimos y para completar esta triangulación está el que nosotros mismos nos producimos psicológicamente, ya sea por las culpas u otros factores; es en esta cárcel de la existencia donde se debate nuestra efímera realidad, desconociendo como salir de ella y corriendo a ninguna parte en intentos desesperados por salir de ese círculo perverso y por qué no decirlo, enfermo; no debemos desestimar lo que aquí se observa si queremos comenzar con un verdadero cambio en nuestra actual vida.
Si queremos “un mundo mejor”, debemos comenzar por el lado más seguro y esto es, nosotros mismos. Todo conflicto humano comienza en el mismo ser humano, por lo tanto es en él mismo que reside la solución. Si podemos deducir qué es bueno y qué no lo es, ya tenemos el primer peldaño hacia la búsqueda de soluciones. Hay varias maneras de evadir esta responsabilidad, la primera de ellas es pensar en lo difícil que es cambiar, la segunda es ¿por dónde se comienza? La tercera ¿para qué cambiar si los demás no lo hacen? Y una de las peores ¿cambiar, para qué cambiar si yo estoy cómodo como estoy?, y así podemos enumerar varias más, todas excusas que demarcan dos cosas importantes, ignorancia y una oculta cobardía para producir un cambio. El ser humano tiene en sus manos el poder de elegir y de decidir qué futuro tener como entidad espiritual evolucionante, como también, cómo acelerar este proceso sin violar las sagradas leyes de la naturaleza, por lo tanto si no incorpora a su Conducta el conocimiento guiador para lograrlo, vagará seguramente en el obscuro mar de las miserias, torturándose por sus aún más obscuros resultados.
La mayor fuente de información está en la Teosofía, a partir del año 1875, en que la Teosofía hizo su aparición nuevamente en el mundo, la Humanidad pudo tener acceso a conocimientos que por largo tiempo estuvieron ocultos. Recurrir a los conocimientos que la Teosofía nos aporta puede ser el paso más importante para comenzar una existencia responsable, dirigida a mejorar nuestra Conducta; armonizando con nuestra naturaleza divina beneficiaremos seguramente el entorno en el que vivamos, y por ende se beneficiará el mundo, porque cada paso que dé cada uno de nosotros por ser mejores ética y moralmente, podrá enseñarlo a otros formando así la mayor cadena de Fraternidad para un cambio global de la Conducta Espiritual en el Hombre.
“Paz, inconmensurable paz, para toda la Humanidad”
Por Manuel Fernández
Integrante del Centro