Un Esbozo sobre las Tres Vías del Conocimiento
Las Tres Vías del Conocimiento, muestran claramente el proceso de avance en cada una de ellas; el paso por lo Exotérico, es en cierto modo decisivo para todo investigador, es aquí donde la fuerza de Karma o el impulso del Alma que dejó inconcluso su camino en la anterior o anteriores vidas, comienza a surgir del individuo, y ese impulso toma el carácter de Anhelo, que hará que la personalidad comience con la búsqueda de “ese algo” incierto e intrigante que pulsa desde dentro; los atributos de esa personalidad, que son sus tendencias, se mezclarán con su imaginación que cubrirá de suposiciones ese tránsito y los aspectos oscuros de la materia probarán la fortaleza y voluntad de esa Alma que comienza su lucha por retomar ese Sendero que había quedado inconcluso en el pasado, cuando la vida física se extinguió dando paso a la presente existencia.
La escuela de la vida no es piadosa ni contempla posiciones sociales, y la búsqueda de la Fuente de Conocimiento es una dolorosa aventura para muchos; entre la diversidad de fuentes de información, se debate la consciencia humana tratando de dilucidar cual de ellas está en lo cierto, la tecnología actual con su diversidad de datos, no se responsabiliza de las falsas fuentes disfrazadas de Verdad. Los falsos Gurús, pululan por las redes del mundo tratando de acumular creyentes y el aporte económico que estos pueden dar, por falsas Verdades. Aún, dentro de aparentes organizaciones serias de Teosofía, surgen individuos que toman la delantera y dan rienda suelta a su sed de ser Gurús; el intelecto que sobrepasa a esas personalidades, los muestra como ejemplos a seguir, pero las páginas de los libros impresas en ese intelecto no son pruebas de que hayan experimentado, a través de la práctica, las enseñanzas Esotéricas, lo que desean fomentar y que siempre llevan es, “el agua a su molino”.
Por otro lado, han aparecido páginas que al comienzo parecen seguir las Normas de difusión y de enseñanzas, pero a poco de comenzar, esas páginas mezclan verdades ajenas con fantasías personales, donde se insinúa constantemente el desvío de sus tendencias, donde la autoidolatría, surge silenciosa pero persistentemente.
Todos estos aspectos de la naturaleza humana son los que más afloran y el neófito debe cavar hondo si quiere encontrar las perlas de oro del Conocimiento. La primera Vía, es una ardua tarea para ubicarse en la Senda Correcta, identificarse con lo que se estudia y probarse a sí mismo si se tiene la suficiente templanza para seguir. “A la Teosofía se llega medianamente fácil, lo difícil es permanecer en ella”. He aquí, que la Vía Exotérica, pone a prueba al individuo en varias cosas, muchos quedan como brizna de hierva, atascados a la orilla del río de la vida, las supersticiones y el interés económico desvían todo ese anhelo hacia el sendero de la ambición, en la autoidolatría, en lo fenomenal y lo psíquico; todas estas tendencias del plano terrestre ahogan la Sed del Alma. Esta es la senda del curanderismo supersticioso, de la necesidad de ingerir drogas para lograr artificialmente lo que logra naturalmente un Meditante comprometido con una profunda vida Espiritual. Y aquí es necesario extenderse un poco sobre el tema, al ingerir mezclas de hiervas medicinales para provocar esos “viajes” se pone en serio riesgo el vehículo astral, porque el llamado “viaje” no es nada más que un “viaje mental” y psíquico del individuo, y todo ese ritual y sus consecuencias nada tiene que ver con el Sendero espiritual del hombre, eso es una modalidad de puro psiquismo con una gran carga de intención Espiritual, pero esa intención, no sigue las Normas o Reglas de los Instructores que dejaron toda una Ciencia para alcanzar los altos estados Espirituales Naturales que ellos mismos han logrado. De manera que, la Ciencia Arcaica que quedó detrás de estas pseudo-ciencias actuales, desapareció en tiempos remotos, cuando el declinar de esas antiguas civilizaciones llevaron al poder y dominio de esos pueblos a personas que se convirtieron en sacerdotes y en cuyas religiones o culturas religiosas incorporaron estos medios, que eran totalmente ilícitos en tiempos de la bonanza Espiritual que habían gozado esas culturas. De ese declinar surge el Chamanismo, como consecuencia de que los hombres Sabios desaparecieron de esos pueblos y se llevaron con ellos La Ciencia del Alma; entonces afloraron los sacerdotes que sólo poseían la parte exotérica de las ciencias y la convirtieron en poder religioso y político. Mientras que sus antiguos Sabios enseñaban la relación del hombre con el Universo y su procedencia Divina y su retorno a esa fuente, los nuevos agentes degradadores comenzaron a complacerse con el poder y las guerras y con los sacrificios humanos. El Chamanismo emergió como una necesidad de recuperar una senda Espiritual y tomó los restos de lo que quedaba del antiguo Conocimiento pero como no tenían en sus manos toda la técnica Esotérica y sus claves secretas del desenvolvimiento interno humano, recurrieron a medios artificiales para obtener los resultados que ningún Meditante-yogui tomaría.
Este tipo de pseudo-ciencia Espiritual es una mezcla de dos partes, una pequeña porción obtenida de las Normas Espirituales, que ya casi se ha perdido en su totalidad para el grueso de la humanidad, y otra obtenida de la Magia Verde, o Ciencia de las Plantas, estas dos grandes Ciencias casi han desaparecido en las penumbras del pasado y una parte de ese conocimiento se ha mantenido como heredad Chamánica y es así como llega a nuestros días. Estos sucesos no han sido nuevos en el mundo, a lo largo de toda la historia humana, su evolución ha estado signada por elevaciones extraordinarias tanto científicas como Espirituales, pero, culminado el ciclo, el instinto animalizado del ser humano termina degenerando a la ciencia y a la Conducta Espiritual y el oscurantismo se apodera de esos instintos que enceguecen la visión interna de toda la humanidad, de allí, predomina la sed de poder y todo lo que no se entiende se destruye o en su defecto se pervierte a través del crimen y todo tipo de violencia. Esas antiguas culturas declinaron y se pervirtieron cuando los elevados símbolos Solares, pertenecientes a Hierofantes, hombres de elevada estatura Espiritual, fueron denigrados por el vandalismo de la ignorancia; al no ser comprendido ese simbolismo por el vulgo, los más despiadados se adueñaron del poder, y la cultura con todas esas ciencias fueron llevadas al crimen en los altares donde se les arrancaba el corazón a jóvenes y rociaban con su sangre los sagrados templos, los mismos templos en los que se habían hecho los muy arcaicos rituales ligados a secuencias astronómicas relacionadas al hombre Espiritual, que nada tenían que ver con la aberración de esos crímenes que terminaron destruyendo a esas culturas de toda América y hoy ese Karma de sangre, obtenido por esos violentos crímenes, es el que hostiga a todo este continente.
Como todo ese proceso ocurrió en un remoto pasado, hoy los investigadores presumen saber lo que fue posible que ocurriera con todos esos pueblos y mezclan fechas y sucesos que lejos están de ser correctos; además de confundir el alto período Espiritual de esos pueblos con el bajo período más próximo al nuestro. Esa decadencia hizo que gran parte o tal vez toda esa gente, ignorara la alta Ciencia Esotérica que se ocultaba en esos templos como tal vez una avanzada tecnología que desapareció tras el velo del ciclo.
El Chamanismo de América, no debe ser confundido con el Shamanismo de Asia, los Bon, Tibetanos y demás partes de esas culturas Asiáticas; los Shamanes de oriente, son instruidos por Hierofantes versados en los Misterios de las Fuerzas de la Naturaleza, es decir, requieren desde muy jóvenes, una muy exigida preparación y una conducta en su mayoría ascética, dependiendo del nivel alcanzado en esas ciencias. Estas Ciencias, pueden intentar parecerse, pero son diametralmente opuestas; mientras una sigue las Arcaicas Leyes Ocultas, la otra se relaciona al mediumnismo, y al desarrollo psíquico con el grado inferior del plano o estado Astral. Hoy, existen sistemas organizados del Chamanismo de América, y las personas son inducidas a “hacer su viaje” para resolver sus problemas psicológicos, y hay muchos que aseveran haber resuelto esos inconvenientes y en realidad lo único que se logra por esos medios es el comprobar que existen otros niveles o estados de consciencias donde es posible ampliar el horizonte de nuestra estructurada visión de la vida, pero no llegan más allá del límite que le impone su propia comprensión y desarrollo Espiritual; y digo esto fundamentado en las Reglas fijadas por los Super Hombres llamados Mahatmas, que declaran que los poderes o niveles Espirituales sólo son asequibles a través de una vida bajo estrictas reglas Ocultas, y dan a conocer las bases de esos procesos y en el hombre queda desarrollarlos, Ellos enseñan que la interacción del hombre con los diferentes estados de consciencia depende de sus logros en el avance que este alcanza a través de la Meditación, Yoga, Vida Correcta y el desarrollo de los Afectos Superiores como es la Compasión, Sentido de Unidad Universal, Desapego, ausencia de egoísmo, ausencia de orgullo, ausencia de violencia, Amor Universal, Comprensión y Sabiduría de todo el pasado y devenir del Plan Universal… Servicio.
Sin embargo, hoy, no se necesita mucho para que cualquier persona acceda a ingerir alucinógenos naturales para ser expulsada de su cuerpo físico y obtenga experiencias que lejos de ser Espirituales, comprometen su Karma y los modernos sacerdotes y sacerdotisas, no son ninguna garantía ni defensa ante esta formidable Ley.
Toda persona es libre de acceder a cualquier ciencia, pero hecha la debida concesión a todas ellas, debemos alertar e informar que es lo correcto y lo que entra en el camino de la duda o de sus peligrosos resultados con los cuales el hombre, ante el desconocimiento de cómo manejarlos, puede caer víctima de su propia ignorancia, abriendo puertas de un infierno metafísico que nadie puede controlar.
Cuando se convoca a las fuerzas internas de la Naturaleza, se debe estar preparado para enfrentarlas tras un largo proceso de entrenamiento, so pena de terminar siendo víctima de poderes que pululan por lo más bajo del estado Kama del planeta.
Explico parte de estos sucesos para que se pueda entender un poco más acerca de la declinación que sufrieron las Ciencias Esotéricas y Ocultas y además cómo terminaron llegando a nuestros días tan lejos de su original práctica; e insto, a que antes de comenzar con cualquier práctica de estas características, se investigue In profundis para no caer en situaciones que costará mucho enmendar. Toda trascendencia Espiritual, se debe alcanzar por los lícitos Senderos que Hombres experimentados dejaron a la humanidad, y todo proceso siempre comienza con fundamentos Exotéricos y poco a poco se va llegando a las puertas de lo Esotérico, y este Sendero ya implica un tipo de Compromiso que pasa por toda una transición en la que el individuo progresa y adquiere conocimientos que van dando a ese Compromiso, su verdadero y potencial significado. Si bien en los estudios de carácter Exotéricos el individuo carece de Compromiso, y sólo busca satisfacer esos impulsos incipientes porque estos están impregnados aún de las tendencias sociales o culturales, el impulso interno, se mantiene a lo largo de toda la vida, esperando que la gruesa capa del sentido material se vaya debilitando y con ello aflore aunque sea a las postrimerías de esa vida, para dejar fijado ese antecedente ante Karma y poder continuar en la siguiente existencia física con menos impedimentos. Muchas personas ven frustrados sus intentos de estudiar, porque su entorno, ya sea familiar, de amistades u otras circunstancias, ven con recelo todo lo que se confunde con Sectas que llevan al fanatismo o a ejercicios oscuros a sus miembros. Es por ello, que siempre los Sabios de antaño decían que, la soledad y el silencio eran la mejor compañía para aquel que deseaba internarse en su Sendero Interno; el estudio Esotérico, requiere de esta fórmula, como también requiere un espacio donde el estudio y la reflexión comiencen a prepararlo para emprender su proceso de unión con la Meditación.
Los ruidos y la música desenfrenada, los “vapores” magnéticos de una sociedad, toda esa “contaminación” puede ser sojuzgada, pero requiere de un esfuerzo doble y una pérdida importante de energías que deben ser utilizadas dentro de ese proceso y no malgastada en defenderse de la agresión constante de una sociedad ruidosa y de un mar de fuertes correntadas mentales impregnadas de los vicios comunes de un mundo que nada comprende de la búsqueda sedienta de un Alma que se debate dolorosamente entre esas discordantes vibraciones.
El Ocultismo, es la Ciencia que hace de un hombre un Dios, a través de procesos donde gran parte de la ciencia Esotérica aprendida se expande en proporciones muy diferentes a todo aquello que ya se haya logrado anteriormente. Parte de la Ciencia Esotérica y la penetración en la Ciencia Oculta, hace imprescindible la guía de un Maestro para evitar errar peligrosamente y que el orgullo encuentre cabida en el Chela, esta tendencia debe ser eliminada o transmutada ya que hace imposible cualquier intento de Progreso Interno. El hombre pigmeo, comienza a escalar hacia el Hombre Espiritual, logrado esto, el Hombre Espiritual prosigue su ascenso en denodado esfuerzo por alcanzar su estado de Hombre Divino. La expansión de la ciencia Esotérica, va alcanzando los altos niveles de la Ciencia Oculta, haciendo penetrar a la Conciencia Mental en los elevados sub-principios, o mejor dicho, en los distintos niveles de esos sub-principios. Todo el proceso de esa expansión, es Mental y, por ende, el Hombre, teniendo aún su cuerpo físico, a medida que alcanza un nivel superior, impregna de las altas vibraciones de su Aura Espiritual, el campo Mental colectivo de la humanidad favoreciendo los procesos de ese adelanto en toda ella. Se sabe, que las Iniciaciones de carácter Oculto, requieren de una poderosa Fuerza de Voluntad, y he aquí algo muy interesante, es en estos niveles donde la expresión “Fuerza de Voluntad” adquiere su verdadero significado, porque la palabra Fuerza no está referida a lo que conocemos en este estado físico, sino, a la elaborada potencia de la Voluntad que no es otra cosa que la Fuerza Consciente del elevado Iniciado, que ha alcanzado en cada etapa, después de haber concentrado en sí mismo esa potente Fuerza y llegado el momento, procede a penetrar cada etapa, totalmente consciente, e invistiéndose, con la perpetua luz de la Divinidad que ha logrado alcanzar. Las puertas del Nirvana, sólo pueden ser abiertas a través de estos inconcebibles esfuerzos donde la Fuerza y la Voluntad procesadas en el campo de la experimentación, logran las altas vibraciones que se atraen entre el Gran Iniciado y el estado Atmico o Divino, tal vez algo de esto sabía Miguel Angel cuando Pintó esa maravillosa obra donde el dedo del hombre, busca tocar al dedo de Dios, y estos se atraen por una fuerza que trasciende la pintura; además de observarse, que el proceso es totalmente Mental ya que la figura de Dios, parece estar dentro del cráneo humano. Esta descripción, es alegórica, sin embargo no puede estar ausente de la visión del estudiante que va encontrando las baldosas de su propio Sendero. Este acercamiento a decir algo sobre Ocultismo es un suave intento de tratar de hacer conocer un poco más, pero, si el estudiante se esfuerza, en los escritos de H.P.B. se puede encontrar mucho sutilmente expuesto entre el inmenso material guía que ella dejó.
El secreto que poseen los grandes Iniciados sobre Ocultismo, sólo es revelado a aquellos que se esfuerzan en alcanzar ese desarrollo interno tras largas jornadas en el estado físico; ninguna vibración grosera, impregnada de maldad o oscuras intenciones puede traspasar las barreras de la alta pureza o vibración Espiritual que son todo un impedimentos para esos poderes que también se desarrollan como opuestos en la Naturaleza. El estado Divino es alcanzado entonces, solo por el Hombre y su disciplina que es parte de esa elaboración de la Fuerza que da como resultado esa Voluntad potente que lleva al Iniciado al Centro mismo del Estado Divino.
Por más que intentemos decir más, nos encontramos con que esto no es posible hacerlo ya que no ha sido revelado al hombre común nunca, esa protección, no es algo antojadizo o mezquino de parte de esos Iniciados, sino que es un gran peligro para un estado de consciencia que aún se rige por estados instintivos impregnados de ignorante egoísmo.
De todas maneras, siempre hay que recurrir a las fuentes serias, y de allí partir separando prolijamente “lo sutil de lo grosero”, como lo expresa la Tabla Esmeraldina, la cual no habla de la famosa piedra filosofal, sino del mismo Hombre y su alquimia Interior.
Manuel Fernández
Integrante del Centro
Septiembre del 2019
El Significado de una Promesa
[Publicado en la revista Lucifer Vol. III, Septiembre de 1888, pág. 63-67. Título original: The Meaning of a Pledge. Si bien el artículo está firmado como “uno que se ha comprometido”, hoy en día es de público conocimiento que el autor fue el Sr. Archibald Keightley. La traducción fue realizada por el Centro de Estudios de la Teosofía Original en junio del 2019.]
[Pequeña nota histórica: La Promesa a la que se hace mención en este artículo es la que hacían los miembros que entraban a la Logia Blavatsky de la S.T. en Londres, la misma se había formado en mayo de 1887 tras la llegada de H.P.B. a esta ciudad, en la cual se había establecido con un propósito muy definido. Para esa época H.P.B. había comenzado lo que con el tiempo se transformaría en un nuevo Movimiento. Siguiendo las directrices de su Maestro, y a pesar de las dificultades que le generaba su salud y con un enorme esfuerzo, se preocupó por dejar en el mundo un núcleo de verdaderos trabajadores teosóficos, o por lo menos dejar una importante cantidad material que especificara las líneas sobre las que debía moverse todo aquel que pretendiera ser un serio trabajador en el futuro. Luego de que H.P.B. dejara Adyar en 1885, la Sociedad Teosófica tomó su propio rumbo, transformándose, con el tiempo en una parte más dentro del Movimiento Teosófico Mundial. Si bien hoy en día es la que más expandida está a nivel mundial, también es probablemente la más criticada por las otras organizaciones que componen el Movimiento. H. P. Blavatsky siempre aclaró que ella no estaba atada a ninguna institución humana, y que su relación con la Sociedad dependía de que esta siguiera el propósito fundamental para el cual había sido establecida. La Logia Blavatsky fue posiblemente el primer paso para dejarle en claro a los estudiantes que si bien la S.T. no requería ningún esfuerzo para ser miembro, la Teosofía si lo requería y lo requiere, y que sólo de esta forma podía hacerse práctica para generar un cambio en el ser humano y en la misma humanidad. Esta Promesa es la que pocos meses después se utilizó como base para la Promesa hecha por los miembros de la Sección Esotérica, la cual tanto H.P.B. como H. S. Olcott se preocuparon en aclarar que no tenía ninguna relación con la S.T. Todo el trabajo que realizó H. P. Blavatsky en esos últimos años es en el que más debe centrarse todo estudiante que pretende hacer de la Teosofía una disciplina práctica y no meramente un estudio intelectual.
El Centro]
Creemos que es conveniente que los miembros de cierta Logia Oculta de la S.T. tengan, tan claro como sea posible, el significado de la Promesa que están prontos a hacer. O por lo menos, que aquellos que han firmado previamente esta Promesa deberían dejar un testimonio, para aquellos que están a punto de hacerlo, de todo lo que entienden que significa esta Promesa y de lo que implica su firma.
La Promesa dice así:
1. Me Comprometo a esforzarme por hacer a la Teosofía un agente vivo en mi vida.
2. Me Comprometo a apoyar, ante el mundo, al Movimiento Teosófico, a sus líderes y a los que lo integran.
3. Me Comprometo a no escuchar jamás, sin protestar, cualquier malignidad que sea dicha de un Hermano Teósofo y a abstenerme de condenar a los demás.
4. Me Comprometo a mantener una lucha constante contra mi naturaleza inferior y ser caritativo con las debilidades ajenas.
5. Me Comprometo a hacer todo lo que esté a mi alcance, a través del estudio o de otros medios, para poder ayudar y enseñar a otros.
6. Me Comprometo a dar todo el apoyo que pueda al Movimiento en tiempo, dinero y trabajo.
Por esto, Ayúdame, Mi Ser Superior.
De inmediato queda a la vista que esta no es una Promesa usual como la que es dada tan ligeramente por los miembros de la Sociedad Teosófica; sino que es un compromiso específico por hacer y por esforzarse en realizar ciertas cosas. También que la misma se da bajo una invocación:
“Por esto, ayúdame, mi Ser Superior”
Recientemente el término “Ser Superior” se ha comenzado a usar de manera frecuente, por lo menos en lo que concierne a la Sociedad Teosófica. Para quienes han estudiado el significado de las palabras, de inmediato es evidente que “hacer un voto” del modo cristiano habitual, es algo mucho menos serio que una Promesa en presencia del “Ser Superior”.
El “Ser Superior”, por otra parte, no es una especie de esencia sublimada de un ser humano en particular; una clase de “personalidad” espiritualizada. Este es universal y sin segundo y, en este sentido, la expresión “mi Ser Superior” parece fuera de lugar. Sin embargo, por más tenue que sea, todo ser humano es una manifestación del Ser Superior y es debido a la conexión de Jīva, la Mónada, con el “Ser Superior” sin segundo, que podemos utilizar esta expresión. Entonces, ¿cuál es el significa de la invocación?
El ser humano que hace la Promesa en el espíritu correcto, Lo convoca [al Ser Superior], e invoca toda ayuda y bendición de Este en su asistencia. Mediante un deseo intenso de estar bajo Su protección (aunque Este sea per se latente y pasivo), se coloca a sí mismo bajo la protección de los poderes activos y benéficos que son los rayos directos del Ser Superior Absoluto y Sin Segundo.
Sin embargo, si un hombre hace esta Promesa y traiciona a su Ser Superior, arriesga exponerse a todo mal y lo atrae sobre él. Entonces, de este modo, quien permanece leal a la Promesa no tiene nada que temer; pero quien no tiene ninguna confianza en sí mismo de mantener la Promesa, una vez hecha, le convendría dejarla y, aún más, dejar al Ocultismo en paz.
Romper esta Promesa no puede, en todo caso, implicar una penalidad para el “Ser Superior”, sino que puede afectar al ser humano en particular. El “Ser Superior” es inmortal, sin embargo la Mónada existe como un individuo separado sólo durante los Manvantaras y, alrededor de esta, se forman varias personalidades. Esta encarna en cada nuevo nacimiento y no sólo puede ser, sino que es castigada, si una Promesa como tal es rota. Una vez que se ha adelantado lo suficiente como para reconocer la luz gloriosa del Ser Superior y desear vivir en ella, el romper la Promesa tiende hacia una condición que impedirá no sólo la posibilidad de que esa luz beneficie a la Mónada, sino incluso que la alcance.
Así, todos los seres humanos se encuentran ante la presencia de dos fuerzas en la naturaleza. Una de ellas es activa y benéfica, cuya ayuda y asistencia es directamente invocada por medio de la Promesa; la otra es activa, pero maléfica, lo que está representado por seres que tienen un marcado interés en impedir la operación de la Promesa y en entorpecer el trabajo de la Sociedad Teosófica. Podemos ver esto con más claridad cuando sabemos que nos Comprometemos a ser activos y no simplemente a tratar de serlo.
Además, existen poderes en la Tierra y en la carne, así como en la luz astral, que desean impedir y dificultar que la Promesa surja efecto. Algunos de estos actúan conscientemente de esta forma y otros son llevados a tal acción intencional, pero sin ningún conocimiento de la razón o el poder que los condujo a ello.
Debemos esforzarnos por “hacer a la Teosofía un agente vivo en nuestras vidas”. Antes de que podamos esforzarnos por hacer esto, mucho menos de hacerlo de forma eficaz, primero debemos entender qué es la Teosofía y realmente definir, para nosotros, lo que entendemos individualmente por Teosofía. Ahora bien, es exactamente esta definición, la falta de ella y nuestra ignorancia general, lo que hasta ahora nos ha impedido llevar a cabo este esfuerzo. No es necesario decir nada de la Sociedad Teosófica y el beneficio que le podría traer si siquiera una pequeña parte de sus miembros hiciese realmente a la Teosofía el factor viviente de sus vidas. Muy pocos lo hacen y es extremadamente cierto que un miembro de la Sociedad Teosófica no es, necesariamente, un Teósofo. Sin embargo, aquellos que hacen esta Promesa no están satisfechos con permanecer como miembros nominales de la Sociedad, sino que aspiran verdaderamente a ser Teósofos. Y es por esto que es tan necesario que todos aprendan lo que es un Teósofo y lo que todo ser humano debe hacer para convertir a la Teosofía en un agente vivo de su vida.
Como una definición de lo que no es, no hay nada que pueda ser mejor que la que se encuentra en Lucifer Nº 3:
“Aquél que no practica el altruismo; que no está preparado para compartir su último bocado con un ser más débil y pobre que él; aquél que descuida ayudar a su hermano de cualquier raza, nación o credo, cuando sea y donde sea que conozca el sufrimiento, y que hace oído sordo al grito de la miseria humana; aquél que oye calumniar a una persona inocente, ya sea un hermano Teósofo o no, y no emprende su defensa, así como se defendería a sí mismo: no es un Teósofo.”1
Pero esta definición también contiene el lado positivo. No basta, meramente, con abstenernos de hacer lo que se condena en esta definición. El lado negativo de por sí solo es inútil a quienes dan la Promesa; y no simplemente inútil, ya que implica, prácticamente, romper la Promesa. La Promesa no sólo exige que quien la hace debe abstenerse de hacer el mal, sino, más aun, que él debe positivamente trabajar de forma altruista y defender a cualquier ser inocente como lo haría consigo mismo.
Muchos seres humanos son tan insípidos que no atentan contra las cláusulas negativas de la Promesa y su definición; mas pocos son aquellos suficientemente positivos en su carácter como para, no sólo no atentar contra estas cláusulas, sino también para trabajar en la dirección opuesta. Debido a que lo más importante no consiste en “yo no haré”, sino en “yo haré”. Así, se necesita algo de fuerza para la impersonalidad. Esta impersonalidad es de dos clases, negativa y positiva. Para la negativa, la fuerza es necesaria para luchar contra los poderes hereditarios y de la educación, y para evitar obedecer a los instintos y los hábitos adquiridos de esta y de otras encarnaciones. Sin embargo, se necesita una fuerza mayor para cruzar el punto cero y crear nuevos instintos y hábitos, en el medio de condiciones de la vida y hábitos del pensamiento que son violentamente contrarios con la nueva creación. Y al parecer se requiere fuerza para que sea posible conquistar las tendencias de un demonio y desarrollarlas en divinidad. Si consideramos la Promesa en general, pareciera ser un instrumento admirable, en vista de la definición citada anteriormente, a fin de descubrir y atacar a cada uno en sus puntos débiles. Como hombres y mujeres, la Promesa nos obliga a abstenernos de actuar y pensar, en nuestro diario vivir, como nuestra educación nos ha obligado a hacerlo hasta ahora. Si no nos refrenamos de este modo, no haremos de la Teosofía un factor viviente en nuestras vidas. Y aún más, mientras estamos comprometidos en esta difícil tarea, surge el lado positivo y se nos dice que debemos hacer otras cosas igualmente difíciles, de otro modo no somos Teósofos.
La Segunda cláusula de la Promesa probará ser una piedra con la cual se tropezarán numerosos miembros tibios de la Sociedad Teosófica. Muchos pueden estar en completo acuerdo con los objetivos de la Sociedad Teosófica, tanto como los entienden, pero también están completamente en desacuerdo con los guías de la Sociedad y su método de trabajo. Puede que no sólo estén en desacuerdo, sino también que sean hostiles, ya sea de forma pública o a escondidas, a estos guías y a muchos de los miembros. No tiene ningún sentido ocultarnos a nosotros mismos el hecho de que esto ha sido así y que, desafortunadamente, puede volver a serlo. Trabajamos para la “Hermandad Universal” y estamos enemistados con nuestro vecino más cercano. De este modo, nos comprometemos a poner un alto a esto y a extirpar esta tendencia de nuestra naturaleza. Por eso la Segunda Cláusula hace referencia especial a ciertas personas que trascienden las circunstancias generales.
La pregunta que surge naturalmente es: “¿De qué sirve una Sociedad Teosófica con tales objetivos, cuando está compuesta por grupos tan diversos?”. Y así mismo: “¿Tiene la Sociedad [Teosófica] alguna coherencia o propósito que la convertirá en una fuerza dentro de la sociedad [humana] a la cual pertenece?” Para lo cual existe una analogía: la Sociedad es una individualidad entre las sociedades, justo como los hombres y las mujeres son individualidades. Y aquí podemos establecer enfáticamente que el poder y la fuerza de un cuerpo dado no equivale a la fuerza de sus componentes unidos, sino que el cuerpo tiene individualmente una fuerza y un poder propios independientemente de estos. No hay más que observar a las “aleaciones” en la química para ver que esto es cierto. De este modo, si consideramos a la Sociedad, no parece que alguna de sus fuerzas sea el resultado de la unión del propósito y la acción de sus miembros individuales. No obstante tiene un gran propósito, y cierto número de individuos devotos ha sacrificado todo lo que estaba en su poder por este propósito. Los fundadores y líderes de la Sociedad son un notable ejemplo de esto. El resultado es que la Sociedad continua existiendo exotéricamente. Pero que la Sociedad continúe existiendo no sólo se debe al esfuerzo de estos pocos individuos, sino a la influencia subyacente de aquellos bajo cuya dirección la Sociedad fue fundada por sus líderes actuales, por atento cuidado de estos Maestros de Sabiduría luego de su fundación.
Tal como está constituida la Sociedad actualmente, la Cláusula tres se presta en gran medida, para muchos, a un razonamiento casuístico. Se ha dicho, y al parecer dicho correctamente, que un verdadero Teósofo puede condenar un acto, pero no al actor. Sin embargo se encontrará que esta es una distinción que es muy sutil y difícil de hacer en la vida. También en Luz en el Sendero2 se advierte al aspirante contra el engreimiento de este tipo, “dado que la prenda sucia que evitas tocar puede haber sido tuya ayer, o puede ser tuya mañana”. De este modo, aquellos que han hecho esta Promesa (dado que en la vida el acto y el actor se encuentran conectados indisolublemente) están a punto de encontrar una dificultad muy sutil, a menos que hayan alcanzado el poder de observar y leer en un plano que, por el momento, se encuentra fuera del alcance de la mayoría de la humanidad. Sin embargo, aún si este poder es inaccesible en el presente, de todos modo lo correcto para todos aquellos que aspiran a ser Teósofos es intentarlo. Al menos, podemos sujetar nuestros labios físicos y esforzarnos por hacer lo mismo con nuestra mente, y así abstenernos de “condenar a otros”. Pues la silenciosa condena de la mente parecería ser más “cruel” que la palabra física, ya que, por lo menos en el “juez”, es una forma de cobardía moral. Y he aquí donde radica la casuística, pues, si no tenemos en cuenta la definición que se encuentra en el Nº 3 de Lucifer, queda abierta la posibilidad de que aquellos que han dado la Promesa consideren que sus hermanos humanos no son “Hermanos Teosóficos”, y que, por lo tanto, es legítimo juzgar y condenar. Por lo tanto, si se pudiera demostrar sin ninguna duda que algún hombre o mujer ha errado contra dicha definición, sería posible que sea excusado de mantener la promesa de “no escuchar jamás, sin protestar, alguna malignidad que sea dicha” de ellos. Pero la definición impide esto al agregar “ya sea un hermano Teósofo o no”, y está de acuerdo con la máxima legal que tan raramente es llevada a la práctica: siempre se debe considerar a un hombre inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. La sospecha es un invitado peligroso de albergar, y finalmente volvemos al hecho de que es mejor “no juzgar para no ser juzgado”.
Las Cláusulas 4 y 5 son el complemento de las resoluciones que van directamente al núcleo de todo aquello que milita en contra de la Teosofía y en contra de hacer de ella un factor viviente en la vida de los seres humanos. En este sentido, la Cláusula 6 también es un complemento. Pero el poder de ayudar y enseñar a otros sólo puede encontrarse en el espíritu de unidad de vida, que es un espíritu de igualdad absoluta, y en el sentido de que para los Teósofos todo hombre es un maestro.
La Cláusula 6 es una ratificación de todo lo anterior, pero lo expresa en términos más definidos.
Así, pues, antes de hacer esta Promesa, antes de comprometerse a trabajar y ser activos en pos de la Teosofía, es necesario que todos aquellos que aspiran a hacerlo se cercioren cuidadosamente de qué es realmente la Teosofía. ¿Es la Teosofía idéntica al comportamiento en la Sociedad Teosófica? Si no lo es, ¿debería serlo? ¿Me esforzaré para que así sea? Al comprometerme a trabajar por ella, ¿estoy buscando obtener una recompensa, ya sea en un futuro cercano o distante, en esta o en futuras encarnaciones? Al parecer, entonces, uno de los requerimientos principales es el esforzarse en “Conocerte a Ti mismo”.
Una Promesa como tal no debería ser hecha a la ligera, ni con un espíritu meramente emocional. Tiene que ser hecha con una resolución rigurosa de siempre llevar a cabo, y cada vez más cuidadosamente, sus requerimientos, sin importar lo que cueste. El hombre que lo hace con un espíritu irreflexivo, sin examinar su verdadero significado y sin la intención de que su cumplimiento sea el objetivo supremo de su vida, está corriendo un riesgo.
Es necesario “leer, prestar atención, aprender y digerir interiormente” las verdades que existen en la Teosofía y entonces, quizás, puede que amanezca el día en el mundo en que todos los hombres seamos como hermanos, y que la Hermandad Universal sea una realidad y la guía de toda la existencia.
Uno que se ha Comprometido
1- Esta cita se encuentra en el artículo “Que cada Hombre Pruebe su Trabajo” en la revista Lucifer Vol. I, noviembre de 1887, pág. 169. (N. del T)
2- El libro Luz en el Sendero de Mabel Collins. (N. del T.)
El Cambio una Necesidad
Por Luis Spairani
La mayoría de los seres humanos no se dan cuenta que todos los desafíos externos reflejan lo que se encierra en el interior de la mente humana.
El odio manifiesto en las relaciones humanas es un reflejo de la animosidad y la suspicacia que hay en nuestras mentes. Lo que está afuera y lo que está dentro no es diferente.
Lo que imaginamos como grandes planes para cambiar el mundo no significan nada más que una solución superficial, temporal, inadecuada. La mente está acostumbrada a dividir y a separarse de todo, mira desde un ángulo particular, por eso la mente fragmentada no puede encontrar la solución verdadera y permanente a los problemas que la vida nos depara.
Es de suma importancia que la causa fundamental, el origen de los problemas sean identificados y resueltos. Solo esto produce un cambio fundamental en la vida.
No debe culparse a la naturaleza, ni a ninguna Deidad imaginaria, sino a la naturaleza humana degradada, pervertida por el egoísmo, producto de la Ignorancia.
El cambio fundamental tiene que ver con la erradicación total del “yo” personal. Esto significa aspirar a lo divino, porque es poner fin al yo egoísta.
Esto implica aprender a ver que la vida UNA es portentosa, deslumbrante, más allá de nuestra imaginación, sutil, profunda, sagrada.
El cambio fundamental de lo que estamos señalando es el pase del EGOÍSMO a la UNIDAD.
El egoísmo, tanto que sea positivo o negativo, aún cuando parezca no ser más que indiferente o perezoso, debe erradicarse.
Es la transformación desde el EGOÍSMO al ALTRUISMO; desde la lucha interna y externa a la paz; desde la fealdad a la Belleza y la Armonía. La mutación de su estado de ignorancia a la sabiduría. Todo esto nos lleva a preguntarnos ¿existe una manera de pensar o reflexionar, de mirar las cosas, que pueda ayudar a comprendernos y, con ello, a todos los seres humanos, no sólo a nosotros mismos? ¿A escapar de la presión del yo y llegar a una realización con ello, la de compartir la verdadera naturaleza de la vida?
La respuesta es afirmativa. Hoy en nuestros días se reconoce con el nombre de TEOSOFÍA y es la suma de experiencias vividas a través de una multitud de seres que han alcanzado la REALIDAD existente en los profundo de la manifestación objetiva de toda expresión universal. Son los seres que la introducen en el mundo mental para que germinen en la mente de aquellos de nosotros que aspiramos a penetrar en este misterio.
“Es una filosofía muy amplia y no puede ser definida en unas pocas palabras tomadas al azar, es tan sucinta como una fórmula química, y si bien es muy flexible tiene innumerables aspectos, contiene enseñanzas muy específicas acerca de temas igualmente específicos que pueden formularse como principios básicos, comprensibles por cualquier persona. Estas dos ideas no representan contradicción, muestran solo la inherente paradoja que se encuentra en toda la naturaleza.”
N. Sri Ram
Su estudio y, especialmente, su práctica requieren en primera instancia ser honesto con uno mismo. Por ello, quizás, es pequeño el número de personas que pueden ser llamadas estudiantes e investigadores, por estar seriamente interesados en la enseñanza básica de la FILOSOFÍA ESOTÉRICA y capacitadas para poder presentarlas a otros de manera simple, comprensible, aunque profunda.
Nos enfrentamos con una experiencia de semejante universalidad omniabarcante que con ella se trascienden todas las limitaciones del tiempo y el espacio y, con ellas, la ilusión de nuestro mundo empírico y de nuestro EGO separado.
Es necesario reemplazar el conocimiento corriente por la experiencia directa, la erudición por la intuición, o sea, por despertar las potencialidades de nuestra Mente Superior, la que nos conduciría a la realización de la iluminación. A menos que la mente (Kama-Manas) haya madurado lo suficiente para reconocer o ser consciente de sus propias honduras no habrá impulso para explorarla, ni confianza en el resultado final del emprendimiento. El conocimiento interno (psicológico) es fundamental.
No obstante, el intelecto se hace necesario para vencer a la mera emocionalidad y la necedad, como lo es la intuición para vencer las limitaciones del intelecto y sus discriminaciones. La sabiduría no desdeña el pensamiento ni a la razón, sino que los usará especialmente en el reino de la acción deliberada… para coordinar nuestras impresiones sensorias, percepciones, sensaciones y emociones en un todo tangible.
Por lo tanto, no es pertinente negar nuestro intelecto ni reprimir la libre corriente de nuestro pensamiento y la facultad de razonar mientras seamos conscientes de las limitaciones inherentes a todo pensamiento discursivo, mientras usemos nuestro intelecto dentro de su propio reino. La facultad racional es un instrumento válido de la mente humana. Sin las cualidades de dirección, guía, clasificación y estabilización nuestra vida corriente consistiría en una pesadilla caótica.
El peligro de nuestro intelecto conceptualizador es alejarse cada vez más de la vida, perdiéndose en puras abstracciones (mente paradójica).
Los sabios nos dicen que debemos dirigir más la atención hacia adentro, observación tranquila, reflexión, conciencia íntima de nosotros mismos; significa ser autoconsciente de nosotros mismos, convertirnos en desapegados observadores de la corriente de pensamiento, sentimientos, impulsos y visiones cambiantes.
Las fuerzas de la luz —los sabios— no son un ideal abstracto sino una realidad viva encarnada en los grandes maestros de la humanidad a los que veneramos como iluminados. El Sabio, sabe como escuchar, como contemplar, como sentir esas vibraciones y como una gran corriente las introduce en un mundo mental. Para penetrar en este misterio, el hombre deberá renunciar al EGO —yo personal— porque solo mediante este completo renunciamiento espiritual a todos los conceptos del yo y uno puede vencer todas las limitaciones artificiales y todos los objetos interiores.
La superación de la ignorancia deja al descubierto lo Real, el verdadero ser del hombre (Atma-Budhi).
Lo real en el ser humano es incondicionado, sin límites ni atributos.
El hombre tiene que ir descubriendo esta verdad y en esto consiste el sendero que es el estar intentando de despertar a lo real. Por ejemplo, interrogándose, quién soy YO como ser humano; para qué vivo; cuál es el propósito de la vida; etc. El mundo no constituye más que un segundo aspecto de lo real, una ilusión efímera. El SER que se descubre por el discernimiento entre lo verdadero y lo falso en la conducta es el verdadero SER —Atman—. Se trata de descubrir lo que en realidad ya somos.
La visión de lo falso como falso, como resultado Desapego —VAIRAYA1—.
Joy Mills señala “el más importante de los principios básicos del sistema teosófico es el de una realidad universal en la cual todo tiene su fundamento, una realidad viviente —no material—, creativa, de la cual todo en el universo emerge en un desenvolvimiento”.
Es el despertar desde la ilusión hacia la Totalidad de la Vida. Es el reto que enfrentamos cotidianamente todos los miembros de la Sociedad Teosófica, plenamente convencidos de sus objetivos.
La inspiración es el movimiento espontánea de lo menor a lo mayor, de lo inferior a lo superior. No contiene elementos de fuerza o violencia. EVOQUEMOSLA, DESPERTEMOSLA.
1- VAIRAYA: desapego. Es la conciencia de autodominio y aquel que no tiene deseo de ningún objeto visto u oído, traducido también como RENUNCIACIÓN. El desapego superior es el que se produce cuando a causa del conocimiento del ATMA-BUDHI se completa la indiferencia hacia las gunas del mundo objetivo.
Pasado, PRESENTE y Futuro
Por Luis Spairani
La Sra. Blavatsky escribió mucho sobre el tiempo y lo distinguió de la duración. La Duración —dijo H.P.B.— siempre es.
“El tiempo que debe relacionarse a algo pertenece a la mente; lo creamos nosotros. La conciencia Incondicionada o simplemente la conciencia misma tiene duración, pero aquello de lo que es consiente tiene existencia solo en el tiempo. La conciencia existe solamente en el siempre presente Ahora y es referente a este tiempo presente que hay pasado y futuro. Es interesante de notar que el tiempo presente no es realmente, en sí mismo, nada. No tiene existencia ni siquiera como un momento por más que lo consideremos. Todo antes que él, pasado y todo por delante es futuro en términos de nuestro normal pensar.
El tiempo Presente —Ahora— es cuando, en esencia, nosotros, usted y yo estamos, y nunca podemos tener nuestro ser en otro tiempo. Merece notarse también que no podemos hacer nunca nada en otro tiempo salvo ahora. Antes de este instante todo es memoria o un efecto. Después todo es anticipación y ambos son estados subjetivos en lo que nos concierne.”
A) EL OBSTÁCULO DEL PASADO COMO REFUGIO O ENTRETENIMIENTO:
Se pueden distinguir por lo menos dos influencias negativas. Por un lado, el pasado que ha ido integrándose a la personalidad estructurándola con rigidez, marcándole condicionamientos, tendencias y preconceptos que le imposibilitan actuar con espontaneidad haciendo que sus procederes sean por reacción, automáticos o mecánicos. Por otro, el pasado psicológico al que frecuentemente recurrimos como una vía de escape del presente en busca de mejores y más confortables momentos de nuestra vida y que es el que, además, produce mayor número de demoras y desviaciones en la toma de decisiones del momento.
Cuando el viaje al pasado evoca momentos amargos, en los que nos creemos víctimas de las circunstancias, regularmente produce en el presente una perniciosa tendencia a la auto-justificación, la que resulta de fácil aceptación, además de agradable a la personalidad, pero una mirada escrutadora nos permitirá ver que sólo es una sensación que produce un relax de efímera duración. En realidad las circunstancias adversas no hacen otra cosa que poner de manifiesto las tendencias negativas y las falencias preexistentes en la naturaleza inferior.
Esta actitud justificante, aparentemente noble, es tan común como peligrosa porque desvía la atención del verdadero núcleo de dificultades que se encuentra centrado en la naturaleza inferior —COBARDE, CONCESIVA, VACILANTE, APASIONADA y especialmente SEPARATISTA— y en vez de actuar sobre ella para ir transmutando sus cualidades en características positivas —SENSATA, HEROICA, INTEGRADORA, etc. — se entretiene y consuela con el pasado donde se supone encontrará apoyo moral y refugio, por lo tanto, dilatando el problema tantas veces como la mente quiera y desee.
B) EL OBSTÁCULO DEL FUTURO COMO PROYECCIÓN DE LAS ANSIAS DEL PEQUEÑO “YO”.
Es la experiencia donde el mecanismo de la mente se repite pero con signo contrario.
La evasión y proyección fantasiosa y egoísta hacia el futuro se origina en las mismas limitaciones y falencias de la personalidad, a las que puede agregarse el ansia de la felicidad interna, característica de la triple naturaleza superior (ATMA-BUDDHI-MANAS).
Las expresiones de la conciencia personal en este caso KAMA-MANAS (mente-deseos-emociones), constituidas como un YO —yo con innumerables limitaciones y posibilidades— manejan la energía proveniente del EGO (yo superior) pero, desconociendo su real naturaleza cuya tendencia es a restablecer el equilibrio interno perdido al ingresar a los mundos de la forma.
C) ¿POR QUÉ LA MENTE SE MUEVE TAN FÁCILMENTE ENTRE AMBOS EXTREMOS?
Esta característica dual y ambivalente de la mente concreta es de su propia esencia. Su actividad y existencia se fundamenta en el análisis comparativo de los hechos encontrando en ese deambular en la superficie de las cosas el alimento adecuado para su supervivencia. El Pasado y el Futuro existen por su actividad.
La condición de “Alertidad” hacia la vida es difícil para la mente pues implica una actitud extremadamente dinámica la cual se encuentra obstaculizada por el aspecto inferior que es el que tiende a identificarse con el pasado o el futuro deseado.
D) ¿QUÉ PUEDE SIGNIFICAR VIVIR EN EL ETERNO PRESENTE?
El Pasado y el Futuro son los dos polos de la naturaleza de MAYA; la ilusión o ignorancia sobreimpuesta a la Realidad. El devenir de los sucesos de uno a otro polo pone de manifiesto esa realidad relativa. En tanto, el ETERNO PRESENTE es la situación límite a la que tiende la sucesión de vivencias de presentes relativos que los comprende y los engloba en su totalidad. En el ETERNO PRESENTE no existe el pasado ni el futuro. Es el estado de conciencia que corresponde al arquetipo de nuestra propia perfección y hacia el cual nos dirigimos desde el actual punto de evolución.
Por lo tanto, intuimos que vivir el ETERNO PRESENTE es haber alcanzado la —por lo menos presentida— conciencia de la UNIDAD. Esto es, atender todo instante para realizar un acto de verdad constante, condición ésta fundamental que da sentido y realidad al estado de ALERTIDAD o sea al estar despiertos, no condicionados. Dicho en otras palabras, la única realidad es este ETERNO PRESENTE que, sumergido en un estado de IGNORANCIA (AVIDYA), cae en la experiencia ilusoria de la existencia separada y crea una escisión aparente de lo que realmente es, encontrándose la solución verdadera y definitiva en la conciencia donde no existe la DUALIDAD.
En la Doctrina Teosófica están implícitos los elementos de conocimiento verdadero (DHARMA) para hacer que las condiciones de la existencia adquieran una condición de reposo aún fuera de la cual, ellos nunca emergerán de nuevo. Esto implicará la liberación.
Descubriendo la Esencia del Conocimiento
Por Luis Spairani
El tema que nos ocupa se ha discutido tanto en Oriente y en Occidente que podría decirse que ya se encuentra agotado. No obstante, nuestras actuales formas de pensar al respecto han cambiado, pues, poseen una base diferente que las postuladas hasta hace muy poco tiempo y es muy probable que muy pronto cambien también las que hoy se sostienen. La Mente actual tiene un tono muy característico y es que ES más científica que METAFÍSICA.
Esto es bien apreciable en nuestra época bien llamada “EMPÍRICA”. Pruebas de ello da la CIENCIA con sus múltiples descubrimientos y postulaciones, que se mantienen coherentemente unidos permitiendo construcción de sistemas deductivos que a la vez dan pautas para futuras apreciaciones en la investigación.
No obstante, estos delineamientos aparentemente indestructibles, surgen en la MENTE del hombre inquieto e investigador constantes interrogantes sobre la “REALIDAD” de tantos hechos que se dieron y aún se dan como REALES, y que muy probablemente dejarán de ser tales. Hasta hace muy poco tiempo teníamos conceptos equivocados sobre multitud de hechos como, por ejemplo, lo ha sido el movimiento de los astros alrededor del Sol (ej. Copérnico).
En tiempos recientes se descubrió y aceptó que la REALIDAD es exactamente contraria a la APARIENCIA. Otro ejemplo es la indivisibilidad del átomo.
Un caso relacionado con la MATERIA pero que toca muy íntimamente a las percepciones de nuestra conciencia normal es el de la “APARENTE SOLIDEZ” de tantos objetos. Las investigaciones científicas, tanto sobre las diminutas partículas que componen todas las cosas hasta las más infinitas regiones, han establecido que existe un VACÍO DE MATERIA. Por otra parte, la CIENCIA nos dice que: la SUSTANCIALIDAD de todos los objetos que vemos o tocamos es meramente una impresión de nuestra conciencia. El mundo familiar a nuestros modos de conocer es sólo una interpretación de las cosas por los sentidos que poseemos. ¿Quién puede afirmar lo que esas cosas son en realidad? Lógico es suponer que esas cosas nos impresionarán directamente en el futuro dado nuestro probable desarrollo psicológico.
La CIENCIA ha hecho muchas revelaciones en el último Siglo, lo cual nos señala que existe un velo o, quizás, múltiples velos creados por las limitaciones de nuestra conciencia y percepciones. ¿Qué puede haber más contradictorio del mundo material, tal como nos lo presentan nuestros sentidos, que las energías y sistemas de energías en que la Ciencia lo ha convertido? Si a esto queda reducido al mundo de la MATERIA ¿qué decir de la naturaleza de nuestra conciencia? Es evidente que la MENTE con el desarrollo que ha alcanzado hasta ahora, el ser humano no es capaz de traspasar el velo de sombras constituido por los fenómenos que observamos y estudiamos. Sólo podemos especular acerca de la naturaleza de cualquier realidad que trascienda la esfera de nuestro conocimiento y en relación con las apariencias producidas dentro de esa esfera.
El estudio del FENÓMENO DEL CONOCIMIENTO y los problemas contenidos en él, ha producido profundas investigaciones y promovido arduos debates entre diferentes escuelas filosóficas. Fácil es imaginar la diversidad de postulaciones existentes.
Analizando más detenidamente todo esto ¿qué es lo que sucede en el acto de observar? Empecemos por decir que, cuando la conciencia COGNITIVA se dirige inquiriendo al MACROCOSMOS tenemos la filosofía o el aspecto filosófico del SER, en el sentido de obtener una CONCEPCIÓN DEL UNIVERSO. Por el contrario, cuando las interrogaciones están dirigidas al MICROCOSMOS (el mundo interior), el aspecto filosófico del SER está dirigido en una concepción del Yo.
Entre las actividades superiores del Intelecto Humano en el intento por obtener una aproximación al “conocimiento verdadero” se suelen señalar algunas ideas, o vías de acceso, tales como el SABER CIENTÍFICO, el ARTE, la RELIGIÓN o la MORAL. Mientras la concepción filosófica brota del conocimiento racional (la lógica, sentido común, etc.), el origen de la concepción religiosa está basada en la FE religiosa (confianza). El principio que define su contenido es la VIVENCIA de los valores religiosos, LA EXPERIENCIA DE DIOS.
Mientras la concepción filosófica pretende tener validez universal y ser susceptible de una demostración RACIONAL posible de realizar a través de la ciencia, la aceptación de la concepción religiosa depende de factores subjetivos. El acercamiento a ella no está en el conocimiento universalmente válido sino en la experiencia personal, lo que denota la existencia de notables diferencias.
Lo mismo sucede con el ARTE. Al igual que el hombre religioso, el artista tiene una comprensión e interpretación del Universo que no procede del PENSAMIENTO PURO ¿Dónde se encuentra, entonces, el origen de las experiencias y vivencias religiosas y artísticas?
El artista, el poeta, no crean su obra con el Intelecto sino que la expresan formándola de las fuerzas interiores o espirituales. Estos aspectos filosóficos tienen dos facetas al igual que una moneda. Una mira a la religión y al arte y la otra a la Ciencia. Al mismo tiempo tienen en común la dirección apuntada hacia el descubrimiento de la VERDAD. Todo esto no hace más que señalar y decir que no sólo somos diferentes en aspecto sino que interpretamos diferentemente los objetos de conocimiento. Existe una honda afinidad entre estas esferas de la Cultura pues, todas ellas entrelazadas por un vínculo común quieren dar –en el fondo con la REALIDAD.
La mecánica que se sigue en el fenómeno del conocimiento en sus lineamientos fundamentales halla frente a frente a la conciencia perceptiva y al objeto de conocimiento (en filosofía, el sujeto y el objeto). El conocimiento consiste en forjar una imagen del objeto y la verdad reside en la concordancia de esta imagen con el objeto. Si esto fuera realmente así cabría pensar que la función del conocer queda cumplida con la descripción del fenómeno, como lo es para el Dogmatismo (doctrina fijada), posición para la cual no existe el problema del conocimiento.
Así, el dogmatismo acepta la experiencia primaria, la que se está viviendo, y no da lugar a futuras transformaciones. Esta posición se sustenta en una confianza total en la razón humana no debilitada por ninguna duda. El dogmatismo no ve que el conocimiento es, por esencia, una relación entre un sujeto y un objeto, y cree que los objetos de conocimiento nos son dados y que no son obra de la función intermediaria del conocer. Por tanto, no ve que esta relación no es solamente la observación del objeto sino la comprensión de su significado. En este sentido cada uno tiene su propia apreciación al respecto. No obstante, suele suceder que ante determinadas experiencias, las más de las veces dolorosas, el dogmatismo se convierte en su aspecto contrario, esto es, adopta la actitud del escepticismo. Incredulidad, duda, examen, cavilación, seguir esta escuela del escepticismo académico hace imposible un saber riguroso. Nunca se tiene la certeza de que nuestros juicios concuerden con la realidad. Nunca podemos decir (según el escepticismo) que esta o aquella proposición es verdadera pero sí afirmar que parece ser verdadera que es probable. No hay por tanto certeza rigurosa sino sólo probabilidad.
Así también el subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son en el fondo escepticismo. La antítesis de todo esto es el dogmatismo.
Para el Relativismo no hay ninguna verdad absoluta, ninguna verdad universalmente válida, toda verdad es relativa, teniendo sólo una validez limitada. Subrayando la dependencia de todo conocimiento humano respecto a factores externos, considera la influencia del medio, el tiempo, el pertenecer a determinado círculo social, cultural y los factores determinantes en ellos; juega, por tanto, un papel importante la educación, tradición, etc.
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga haciendo depender el conocimiento humano de factores que residen en el individuo cognoscente. Además, existe una tercera posición que resolvería la antítesis en una síntesis. Esta posición se llama criticismo. El que está convencido de que es factible el conocimiento, que existe una verdad posible de ser aprehendida y comparte con el dogmatismo, la fundamental confianza en la razón humana. Mientras esta confianza en el dogmatismo está referida a aceptar despreocupadamente, todas las afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del conocimiento humano, el criticismo por el contrario examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupadamente. Siempre pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica. En este sentido dice Kant: “el dogmatismo tiene una confianza ciega en el poder de la razón humana”. El criticismo es la desconfianza hacia la razón adoptada sin previa crítica. El criticismo supera ambos exclusivismos y lo define así: el criticismo es el método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas descansan, método queda la esperanza de llegar a la certeza.
Hechas estas consideraciones también es dable distinguir un conocimiento subjetivo llamado espiritual y un conocimiento sensible o emocional. La fuente del primero, la razón; la del segundo, la experiencia. Sin embargo, en el conocimiento subjetivo entra el conocimiento místico. En todo esto podemos suponer que: la función del sujeto (yo) consiste en aprehender el objeto (no yo); la del objeto la de ser aprehensible y aprehendido por el yo (sujeto). Vista desde el sol, como sujeto físico de la divinidad, esta aprehensión se presenta como una salida del sujeto fuera de su propia esfera, invadiendo la del objeto, intentando capturar las propiedades de este. Naturalmente en el sujeto se produce un cambio por obra de la función del conocimiento. Desde el objeto, el conocimiento se presenta como una transferencia de sus propiedades (al yo) siendo a la vez factor determinante del hecho de conocer. Se supone que el Sol (sujeto) se conduce receptivamente frente al no yo (objeto).
El verdadero problema del conocimiento consiste, por tanto, en el problema de la relación entre sujeto y objeto. Se ha observado que el conocimiento representa a la conciencia natural como una determinación del sujeto por el objeto. Pero, ¿es justa esta concepción? ¿No deberíamos hablar a la inversa de una determinación del objeto por el sujeto en el conocimiento? ¿Cuál es el factor determinante en el conocimiento humano? ¿Tiene esto un centro de gravedad en el sujeto o en el objeto? ¿La transferencia se realiza en forma pura, con todos sus contenidos y significados? ¿No agregamos nada? ¿Nuestra observación se produce en forma profunda y equilibrada, desapegada y libre? Esto significa decir que muchas veces tenemos una apreciación de conocimiento errado, falso, ilusorio. Además, deja aclarado que el concepto de la verdad que obtenemos de la consideración fenomenológica del conocimiento es el concepto de la conciencia ingenua, infantil. Es decir, una conciencia carente de sentido crítico pues se entiende por verdad, desde un punto de vista filosófico la concordancia del pensamiento con el objeto. Todo esto no hace más que demostrar y señalar que no sólo somos diferentes en aspecto sino que también lo somos evolutivamente, por lo que nuestras interpretaciones de los objetos de conocimiento difieren sustancialmente (evolución, raza, crecimiento).
Los hechos demuestran que no basta con tener una relación de conocimiento, necesitamos poder alcanzar la certeza de que lo que conocemos es verdadero. Una cosa es el fenómeno de conocer, otra es el de conocer verdaderamente. Una cosa es describir el fenómeno, otra es dar una interpretación, y otra es conocer siendo la cosa. Para la Teosofía, conocer, significa aprehender espiritualmente un objeto.
Por lo regular esta aprehensión no es un acto simple sino que consta de una pluralidad de actos. La conciencia cognoscente necesita dar vueltas en torno a un objeto para aprehenderlo. Pone su objeto en relación con otros, saca conclusiones, etc. La conciencia cognoscente se sirve de las más diversas operaciones intelectuales. Se trata siempre de un conocimiento mediato, discursivo. Esta última expresión es singularmente exacta, porque la conciencia cognoscente se mueve de aquí para allá. Ahora, es lógico preguntar si hay un conocimiento inmediato además del mediato, un conocimiento intuitivo además del intelectivo.
Otro problema que es necesario tener en cuenta son las consideraciones acerca de la estructura cognoscente del sujeto, pues esta es muy compleja.
Para la hipótesis Teosófica, el sujeto y el objeto son evidentemente los dos extremos de una relación de la conciencia, la que se identifica con el sujeto pero que se da cuenta del objeto y lo exterioriza. El sujeto es el conocedor, y la mente con la que acopiamos y usamos el material de lo que llamamos conocimiento ha sido considerada siempre como un instrumento y, por tanto, un aspecto del conocedor y no el conocedor mismo.
La mente es en realidad un intérprete, una conocedora al interpretar y presentar las cosas, que puede —en su ignorancia— impedir el conocimiento del verdadera índole y valor de las cosas, así como puede, cuando está iluminada, hacer resaltar y expresar esos valores.
La mente no hace otra cosa que reflejar, desde su ángulo, una parte de la realidad del universo y uno mismo. Para la Teosofía el hombre es un Ser espiritual y sensible, por lo tanto, existe en él una conciencia espiritual que a diferencia de la mente puede percibir por un proceso de identificación e integración en el que no existe la separación, la dualidad con que la mente puede conocer, pues esta sólo lo hace por comparación.
La fuente o centro del Ser está radicado en la universalidad, posible de expresar como razón pura, y en arquetípicas ideas, conocimiento verdadero.
La otra fuente es la experiencia empírica psicológica de la que hemos estado hablando. La Teosofía menciona que este orden de más elevada percepción se halla latente en nosotros y su desarrollo puede realizarse mediante métodos adicionales por ejemplo el Yoga.
La facultad se llama BUDHI = INTUICIÓN. El conocimiento intuitivo consiste como lo dice su nombre en conocer viendo, siendo su particular índole en que el Ser aprehende instantáneamente el objeto, como ocurre sobre todo con la visión pero más integral.
BUDHI es la facultad que está despierta en la Verdad. Puede traducirse en conciencia de la Verdad, por sorprendente que parezca esta posibilidad. En el hombre existe la potencialidad de una conciencia que, sin faltar, da en la verdad, que no puede percibir más que la Verdad. Esa conciencia es libre pero en su libertad no se desvía de la Verdad. No es aprender intelectual no es aprender emocional sino que suma ambos, experiencias pasadas, recuerdos, etc.
Al poner en vigencia esta forma de concebir el conocimiento en el centro del ser, no existe la separatividad si no la unidad subyacente en todo lo manifestado y, en este proceso que la ciencia de la Teosofía llama evolución, la Verdad pugna por realizarse.
Si el ser más íntimo de cualquier cosa es una parte del ser universal, el conocimiento de esta última o de la unidad, debe traer consigo el conocimiento de la multiplicidad, o sea todas las particularidades y la relación entre lo universal y las partes. Es decir, una SÍNTESIS.
Una síntesis es una unidad y la unidad inviste a las partes con un significado que no estaba presente en ellas. Es la experiencia de las cosas como son, de uno mismo y los demás. En realidad, esta última distinción no existe puesto que el ser más íntimo de uno mismo y el de los demás es una sola y misma cosa.
Esta conciencia budhica no es una manera de pensar o de sentir, sino un poder de ponerse en contacto con una miríada de fulgentes rayos de existencia visible e invisible. Budhi no es conjetura, ni corazonada, ni pensamiento, es el lenguaje de la verdad. Toda falsedad ha quedado eliminada de la naturaleza del hombre que es capaz de ejercitar la intuición permanentemente. No hay ilusión ni engaño posibles para el hombre que percibe.
Las cosas se unifican para producir potencias creadoras, libre armonía y esplendente belleza, la vida misma que es omnipresente y si es omnipresente entonces está en todas partes y en todo momento. Siendo así, está en cada uno de nosotros y justamente de cada uno depende sentir o no esta realidad.