Un Desglose de la Escala de Oro de H.P.B.
[Realizado por el Centro de Estudios de la Teosofía Original, en el mes de Septiembre del 2017]
Dentro de las muchas enseñanzas dadas por H.P.B. y sus Maestros, esta es una de las que se destaca por sus contenidos, que forman una sólida instrucción sobre cómo debe proceder el hombre en su intento de alcanzar el Corazón de la Fuente de Sabiduría. La Voz del Silencio, Luz en el Sendero, y muchos más, apelan al Sentido Común, al Discernimiento y a la Intuición del Estudiante de Teosofía, para que su asociación con las Leyes Superiores, se vaya haciendo una realidad hasta que la riqueza y la pureza de las mismas, lo eleven por sobre la condición humana que lo mantiene aún prisionero de las terrenas pasiones y apegos que han formado una sólida barrera que pretende evitar ese ascenso hacia ese Anhelo Superior y Universal. Pedimos sinceras disculpas a quienes puedan interpretar mejor cada uno de estos peldaños, sabemos que otros lo han hecho, y si bien todos traen sus vislumbres que ayudan a esclarecer cada profunda verdad de cada escalón, esta vez, intentamos allanar otra capa más para que algún día los futuros estudiantes, puedan formar el delicado mosaico de las Verdades Eternas que estos peldaños enseñan e impulsan al ser humano hacia el Norte del Sendero Medio o más elevado.
Damos gracias a estas enseñanzas y a toda esta Teosofía, que nos ayuda a pisar en terreno más sólido, y que a la vez nos acompaña en cada prueba que el buen Karma nos pone para que desarrollemos la capacidad de resolverlo, y a la vez aliviar la pesada carga que teníamos antes de Conocer esta inagotable fuente de Sabiduría. Todo nuestro incondicional Amor y Agradecimiento, a estos Hombres Ilustres, Sabios y Compasivos que aún creen en nosotros, su amada Humanidad, la Gran Huérfana. Gracias a su Mensajera, que supo atar con la blanca cinta de la Verdad, todo este inmenso ramillete de Sabiduría, este merecido reconocimiento, a Helena Petrovna Blavatsky, se va agigantando en la medida que hombres y mujeres valientes, han decidido proseguir contra viento y marea, la Gran Obra para la Raza Humana, aunque esto implique que el mundo no nos comprenda, y se niegue a escuchar, pero esta fuerza que desarrollaremos con el firme propósito de elevar a toda la Humanidad de sus penurias e insensatos sufrimientos, se levantará como una ola gigantesca de las profundidades de la Verdad, para derramarse en el corazón de todos los seres que habitan y habitarán este mundo.
LA ESCALA DE ORO
CONTEMPLA LA VERDAD ANTE TI
Desde la profundidad de los pasados siglos, resuena la voz del Hierofante, con esas palabras quedan demarcados los Peldaños de Oro, que son los mandatos para la observancia de las Normas o Reglas, que le harán pasar por las puertas del Sagrado Templo de la Sabiduría Divina, en cuyo Centro, yace el Tesoro de La Verdad. Alcanzar ese Centro es desde ese instante, su mayor anhelo. Contemplarla, es hacer observancia de la Ley que surge de ella para alcanzarla. Para lo cual, las Normas o Reglas establecidas comienzan con estos Peldaños:
UNA VIDA LIMPIA
Es como comienza el primer peldaño de la Escala de Oro de H.P.B.; este primer peldaño, abraza todos los demás como un anillo necesario que contiene dentro de sí todos los demás peldaños. Cada uno de ellos, está íntimamente relacionado con la Ética y la Moral de la conducta, y este primer escalón, es el más costoso de realizar de todos, porque no será posible transitar por los demás sin haber superado este.
Desde ya, Vida Limpia no debe interpretarse como la higiene personal, a lo que se refiere este primer peldaño, es a la asepsia mental que se produce a través del análisis, reflexión y meditación que debe dar como resultado, acciones correctas, y para comenzar con una orientación sin posibilidades de error, es necesario estudiar profundamente el Óctuple Sendero que surge de las Cuatro Nobles Verdades. Su obediente práctica, llevará al hombre hacia una Vida Limpia, sin generar la sombra de una sola acción, que convoque la reacción equilibrante de Karma. Vida Limpia, en acción y pensamiento, sin especulaciones mezquinas, sin apego a la acción y a sus resultados, sin la oscura intención del egoísmo, sólo la más pura acción dentro del marco de la Ley.
UNA MENTE ABIERTA
Es el segundo peldaño, y esto nos insta a ser flexibles y agudos en nuestro discernimiento a la hora de juzgar nuestros actos, pero aún más flexibles a la hora de intentar juzgar las acciones de los demás. Una Mente rígida, enclaustrada en sus propias estructuras, carecerá de sentido común y de esa intuición superior que tiene la vasta capacidad de poder observar cada caso desde ángulos distintos a la vez y buscar la raíz que impulsó una acción deliberada e incorrecta. Una Mente Abierta, se acomoda armoniosamente a cada circunstancia y no abre juicios condenatorios sobre ningún ser humano sin antes conocer en detalle todos los pormenores de cada acción, justa o injusta, y aún así, no condena, comprende y sugiere. Una Mente Abierta, acepta con Sabiduría su paso por el espinoso Sendero del Karma humano que le toque vivir, acepta, no con la resignación del vencido, sino con la Mente fija en resolver con ecuanimidad todos los inconvenientes que surgen en su vida y en su relación con el mundo humano que lo rodea. Mente Abierta es tener la capacidad de integrar y saber qué significa esa integración, es poder reconocer que cada ser ES esa parte del Todo que nos envuelve en su Absolutez, pues esa Mente sabe que, en Eso estamos, en Eso vivimos y tenemos nuestro Ser. Una Mente Abierta, no se arrastra en el pesimismo ni en el extremo del optimismo, Sabia y diligentemente camina por entre ambos sin tocar a ninguno para evitar apegos, y eso es discernimiento. Una Mente Abierta, acepta todas las condiciones del mundo fenoménico, pero toma de él, sólo lo que puede llevarle hacia su Libertad Espiritual. Una Mente Abierta, evita crear apegos en este mundo, porque cada uno de ellos, es un ancla que corta sus alas y Dukkha lo abraza con sus brazos de oscura noche, dolor, desorientación y sufrimiento.
UN CORAZÓN PURO
Un Corazón Puro, es incapaz de atraer un sólo pensamiento de discordia, ha vencido el tenebroso odio y se ha centrado solamente en los más puros Afectos Superiores que están relacionados con la Devoción y la Compasión. Las pasiones, han sido vencidas, el instinto transmutado en intuición, ya la ingenuidad ha perdido su poder y el discernimiento ve a través de ese Corazón. El hombre de corazón puro carece de un sólo Sendero, los ha conquistado a todos, para llevar a los hombres hacia esa suprema Compasión a fin de alcanzar el Corazón que pulsa, en el centro del mismo Universo. Un ser de Corazón Puro, es aquel que ha conseguido que su vehículo sea la Devoción porque es la única capaz de unirlo a su primer y único Principio, ĀTMAN. Un Corazón puro, está lleno de las Glorias Inefables del Nirvāṇa, y las derrama Piadosa y Compasivamente, sobre todas las criaturas de este mundo. El Corazón Puro yace en todos los hombres sin excepción, pero encerrado en la dura concha de la ignorancia, mas, la potente Voluntad de su dueño, romperá, no sin esfuerzo, esa costra, y surgirá luminoso para expandirse por el Corazón de todos los demás seres vivientes. “¡Hombre!, comienza hoy, no mañana que es nunca, y toma el cincel de las Nobles Verdades y el mazo de tu férrea voluntad, y destruye la cárcel que tiene prisionero a tu Corazón, y cuando lo hayas logrado, baña al Universo con su Divino resplandor, y abrazado a la Ley, ayuda a otros a liberar su Corazón, así este mundo nuestro, taciturno y obscurecido, será el Sol más bello en la inmensidad del espacio”.
UN INTELECTO ÁVIDO
Un Intelecto Ávido es aquel que se ejercita, y su mejor ejercicio es el estudio y su comprobación. Una red de neuronas nuevas se forja cuando el Intelecto se expande, pero es importante también saber que ya venimos al mundo con una porción de él, que Karma otorga según merecimiento. Mas, el individuo, puede acrecentar en mucho ese Intelecto “virginal” aún en esta vida, y si se ocupa y se preocupa, entre el estudio y las experiencias que surjan a través de él, será posible que esas nuevas redes de neuronas colaboren ampliamente en transportar ese conocimiento a la Mente, para formar parte de su Sabiduría. Un Intelecto así despierto, vivaz, y observador, aprenderá con mayor velocidad pero a la vez podrá llevar al terreno del análisis y la reflexión cada hecho de su vida. Todo intelecto es el resultado de experiencias tanto de esta vida como de las incontables que ya se han tenido, la inteligencia necesita pasar por la experiencia y es así como se transforma en Intelecto, por lo tanto, es fácil deducir que el intelecto humano debe poseer otro más elevado que influye en este, la dualidad preponderante en la Naturaleza así lo hace deducir. La Memoria, es comprobable de que no nace en cada existencia física, pues, el recuerdo de vidas pasadas de pronto surge en la vida de una persona que quizá jamás ha pensado que ha tenido otras existencias. Ese Intelecto, es esa inteligencia procesada a través de cientos de experiencias en el pasado y prosigue con cada nueva existencia cosechando más capacidades intelectuales, y en algún punto de ese Progreso Espiritual, ese intelecto deja de ser puramente físico y “sube” un escalón desde la Mente inferior, hacia la Mente Superior y se convierte por su enorme capacidad, en un Intelecto Superior. Este es el verdadero Intelecto Despierto, porque el “Despertar” es sólo una cualidad o capacidad de la Mente Superior.
UNA PERCEPCIÓN ESPIRITUAL SIN VELOS
Cada capacidad que se va adquiriendo necesita de sus definidos pasos en el campo de la Evolución y en Armonía con el progreso interior, las personalidades de cada existencia, pasan por una gran cantidad de experiencias, pero no todos sus resultados alcanzan su lugar en la Mente, y el discernimiento requiere de una disciplina de varias vidas para aflorar desde el mismo instinto animal-humano en su primera etapa, luego ese instinto pasa por la fuerza del Intelecto a ser un tanto más importante, logrando formar en el hombre cierta percepción que suele ser notable en los hombres de ciencia y estudiosos de todo tipo. Pero, es inevitable que en una existencia la justa Ley de oportunidades, el Karma, lo ponga ante las puertas de la Sabiduría y ese instinto que ha sido dominante por tiempos incontables, se transmute lentamente en esa necesaria percepción que procederá a entender primero y luego comprender las inescrutables Leyes del Universo manifestado. Pero he aquí lo que va pasando en ese proceso: el instinto primero desarrolla el psiquismo animal, luego el psiquismo humano, y es en esta etapa que el hombre, si se esmera y comienza su búsqueda de Conocimiento en la Arcaica Sabiduría, su estudio, y su aplicación, despertará seguramente los resultados lógicos para que Karma provea a quién, mediante esfuerzos propios, despierte en su ser esa percepción que dependiendo de su Devoción, Amor y Compasión, será tan Espiritual como la potencia de cada uno de estos tres atributos ganados con abnegación y esfuerzos. Esta percepción, hará que el individuo vea bajo su propia luz, el Sendero que Debe transitar. Pero además, esta percepción está íntimamente ligada a sus acciones, lo cual hace que funcione como un límpido cristal y lo ayudará a ver con claridad su avance en el Sendero, pero si sus acciones no son lo suficientemente Morales ni Éticas, esas percepciones se tornarán veladas, haciendo correr un permanente riesgo de serios errores que deberá subsanar corrigiéndolos.
La percepción, que se va desarrollando, y cubre varios procesos, todos ligados a los demás peldaños, se une finalmente a la Intuición, y esto ocurre, cuando la individualidad esta ya preparada y Manas y Buddhi, logran atraerse mutuamente y se produce Taijasī, esto es llamado la “iluminación” de la Mente, pero en realidad es la unión consciente de estos dos extraordinarios principios, al ocurrir esto, la Percepción, se “convierte” en el “Ojo” de Taijasī, o de la Mente “Iluminada” y ya no habrá velo alguno que engañe a esa Individualidad ni a su personalidad, ya no habrá límites para “Ver la Verdad Ante Sí”. Esto es, “La Percepción Espiritual sin Velos”, es, “El Ojo del que Todo lo Ve”.
Adviértase, que todo lleva un largo proceso, pero a pesar de saber esto, todo individuo que sienta en su ser la necesidad de saber, debe intentar en su vida presente, comenzar todo su proceso sin mirar la lejanía del horizonte que tiene por alcanzar.
AFECTO FRATERNAL HACIA EL CONDISCÍPULO
El Afecto Fraternal, tiene para el estudiante de Teosofía un profundo significado, y es porque está ligado a ese reconocimiento pleno, de que somos una Hermandad Universal. Pero además, se enuncia Fraternidad con el agregado de Afecto, y este, en realidad, está referido a los Afectos Superiores, y se dicen Superiores, porque no están ligados a las emociones ni a las pasiones, pero sí están unidos todos, a ese vínculo que nos amalgama a todos como Unidad Universal y es el Amor Espiritual. De este, surgen todos esos Afectos Superiores siendo la Compasión, el primero y más importante, luego surge la Piedad, le siguen la Caridad, la Indulgencia, Benevolencia, Benignidad, Perdón. Todo esto y más, siempre está enternecido por la Fraternidad, porque los vincula a todos y los une en un solo Aspecto Superior, el Amor.
Los tres refugios del Buddhismo muestran cómo están todos relacionados al Amor, a la Fraternidad y al deber, pero el primer refugio siempre es el Hermano, con el cual tenemos un Deber Fraternal, y el Amor amalgama a todos los componentes de un saṅgha, bajo la influencia benefactora de esa Fraternidad que nos declara hijos de un sólo y único vientre Espiritual y Universal, no reconocer esto, es estar fuera de la Ley o del Dharma. El Afecto Fraternal, es una poderosa Fuerza en sí mismo, y esta instrucción nos indica que la ausencia de ello, debilita al individuo y a toda comunidad, Logia o Rama que pretenda unirse para propósitos de estudio. La Fraternidad, es una práctica constante entre verdaderos estudiantes, pues, se ha de saber que quedarán desamparados ante cualquier prueba que el Karma los someta si esta Fraternidad está ausente. Y los Afectos deben cultivarse como una auténtica familia, para poder enfrentar cualquier adversidad de cualquiera de los componentes y ser solidarios ante la necesidad que un hermano tenga. Los Afectos curan más que cualquier medicina, y ayudan maravillosamente en la partida del mundo físico al hermano que “se va”. Nada más piadoso que los Afectos y el silencio para aquel ser humano que parte de este mundo, los Afectos protegen, acompañan y son una bendición para aquel que lo da como para aquel que lo recibe. No hay lugar para el egoísmo entre hermanos, cuando los Afectos Fraternales abrazan a una Comunidad, a una Rama o Logia, “Vuestros condiscípulos, son toda la raza Humana”.
PRESTEZA PARA DAR Y RECIBIR CONSEJO E INSTRUCCIÓN
Esto podría comenzar con una pregunta, ¿qué es Dar? un viejo axioma dice, “Dar y Darse es Amor”. Tal vez Dar sea un acto de Amor, que por supuesto no está relacionado a las pasiones humanas, aquí estamos tratando del Amor Espiritual que siempre es incondicional. Ningún acto de Dar, debe quedar manchado con el particular egoísmo del que Da lo que sea por un interés determinado o por una ostentación de la personalidad o por perpetuarse en el otro y a la vez hacerle sentir que ha contraído una deuda que esclaviza su voluntad por haber recibido algo.
Dar, es todo una ciencia que se debe estudiar profundamente en uno mismo, porque, ¿qué es lo que en realidad damos? ¿bienes materiales? o ¿enseñanzas que están relacionadas al Sendero? de cualquier manera de estas dos cosas, ninguna nos pertenece, los bienes materiales todos son patrimonio de la misma materia y nada de esto puede ser llevado a ningún elevado Estado Superior. Y si se trata de enseñanzas que son sobre el Sendero Espiritual, tampoco nos pertenece esa Sabiduría dado que la hemos recibido como una heredad que debe ser transmitida porque es la heredad Universal de todo ser que alcanza el estado humano y con el cual debemos ascender por las Normas Sagradas que han sido Dadas por milenios, por los Hombres más Sabios que generó la raza humana y que cuya Sabiduría teniendo un valor incalculable, no puede ser cobrada por nadie ni tener UN dueño. Dar, nos relaciona con el inegoísmo, con el auténtico desapego, con la destrucción de toda estructura intelectual que condicione, nos relaciona con la Fraternidad, con el Ver al otro con la urgencia de que aprenda y se libere de la cadena de Dukkha; Dar es Altruísmo, magnanimidad, conectarse con la necesidad del otro y formar el vínculo que permita la superación siempre, del que intentamos ayudar, Dar es Escuchar, y comprender, Dar es Darse a sí mismo y por ello el egoísmo debe haber sido totalmente trasmutado en y por esta ciencia auténtica del Dar, el Dar sin mancha alguna, es espontáneo sin especulación, porque el que Da es el Alma de la reconocida Hermandad. “Debe tener Ud. la mejor mala memoria cuando Da, debe olvidar por completo ese acto, evitar que cualquier especulación de su Mente, manche lo Dado, porque cuando algo se Da, lo Dado, queda impregnado con la esencia misma del pensamiento, y si Ud. no cuida ese detalle, lo que cree haber Dado como un beneficio, se tornara una maldición para aquel que recibe ese supuesto bien”.
Las barreras de los condicionamientos humanos son increíblemente muchas, por lo que se torna un serio impedimento, cuando debemos recibir algo de alguien aunque esté dado con la más buena intención. El aprender a escuchar, permite saber recibir, y principalmente todo lo que esté relacionado a las enseñanzas sobre la Sabiduría. Los Mahatmas y H.P.B. hicieron un gran esfuerzo tratando que los hombres y mujeres de ese tiempo, de 1875 en adelante, aprendieran y supieran escuchar, porque el que escucha aprende y es así que puede recibir plenamente esa Sabiduría que no transmite la palabra, sino la transferencia de esa comunión que se forma entre uno que desea aprender y un Sabio que sabe enseñar. Saber recibir las sugerencias, o las advertencias y las enseñanzas también es una ciencia, porque hay que aprender a silenciar la vorágine mental para establecer una plena atención al Maestro o Hermano que enseña o nos sugiere o nos advierte algo. Se ha escuchado decir de algunos estudiantes que los Mahātmas y H.P.B., atemorizaban con tantas advertencias, pero ellos trataron de que el estudiante no pise un terreno que podría ser una ciénaga oscura de la perdición humana, pero además, muchos estudiantes ignoran que toda advertencia es poca cuando deben enfrentarse a las consecuencias Kármicas que convocaron con su Promesa. Entonces el haber sabido escuchar, el haber sabido estar atentos, les permite forjar un poderoso escudo que les ayudará a pasar las dificultades con mayor presteza. Cuando un ser querido abandona este mundo, todos sus consejos, sus sugerencias y sus enseñanzas cobran una inmensa fuerza dentro de nuestros sentimientos y parece que cada palabra se convierte en algo sagrado porque lo dijo él o ella. De la misma manera, las enseñanzas escritas, que hoy poseemos, deben ser tomadas con el mismo respeto y devoción, porque han sido dejadas por Hombres que ganaron la más poderosa batalla y la más cruel si se quiere, venciendo esos sentidos que mantienen a esta raza humana esclavizada en los pliegues de las vestiduras de Māyā, la Gran Ilusión. Esos Santos Varones, son los Hijos de esa Sabiduría que nada promete, sino que actúa y salva a quien dedica su vida a Servirla.
“Aquiete el hombre su mente, y reciba en su ser, la silente voz del Maestro, penetrará su Alma, y le hará atravesar el tormentoso mar de las pasiones, que le llamarán y no las escuchará, fija su mirada en la luz de la Sabiduría que recibe de su Maestro, no las verá, si no fallas en tu atención plena, serás Libre”. Esto demuestra la importancia del saber Escuchar y Recibir lo que se nos Dé, porque cuando no se sabe Recibir, tampoco se sabe Dar. Y algo que suele ser muy importante, cuando alguien nos Dé algo, un pequeño objeto, un regalo, un favor, por más que esa persona, lo haya dado con mezquindad de cualquier tipo, nosotros lo debemos recibir con una auténtica alegría, debemos evitar que la Mente especule, si es dado por lo bueno o no, nuestra propia alegría nuestro puro agradecimiento, será suficiente para bendecir lo que recibamos. Esto lo podemos hacer nosotros sin pedirle al otro que lo haga y nos veremos ambos beneficiados con lo que se recibió, habremos llenado de buenas energías del Noble Pensamiento a ese acto y por ende surgirá una buena respuesta Kármica, o sea que será un excelente Dharma para las dos partes. Cuando Dar, se convierte en algo espontáneo, y recibir, un intenso agradecimiento, es que estamos preparados para emprender responsabilidades mayores junto a la Ley que deseamos Servir.
UN LEAL SENTIDO DEL DEBER HACIA EL INSTRUCTOR
El cumplimiento del Deber no es sometimiento, es ponerse en armonía con las superiores Leyes de perfección Divinas, cumplir con la Ley, es cumplir con el Deber. Esto es plenamente comprendido, cuando el Discernimiento comienza a iluminar los oscuros rincones de nuestra Mente.
Un Maestro, personifica a ese Deber, porque debe ser un hijo de la Ley, un Ser con altos conocimientos sobre la perfección Espiritual del Hombre. Cada enseñanza, implica Deber, el Deber de aprenderla, el Deber de incorporarla y el Deber de enseñarla con la mayor perfección posible de acuerdo a quien se le deba trasmitir ese saber. El Sendero es en realidad el mayor aprendizaje sobre el Deber, el Sendero es Deber.
El Deber es Disciplina, austeridad, humildad y auténtico Servicio; sino se aprende a ser humilde, jamás habrá Sentido del Deber. Entonces, es imperativo saber de qué se trata el Deber. La Arcaica Sabiduría tiene en este planeta sus Normas, que, como dijo un Maestro, se convirtieron en Leyes con el transcurso de los siglos, todas ellas están signadas con el cumplimiento del Deber, si no, no sería posible que a pesar de haber transcurrido tanto tiempo, mantengan su Disciplinado Orden de cumplimiento. Despertar al Sentido del Deber, es Comprender cómo funciona la Ley en los distintos principios más próximos al reino humano, con el atenuante, de que es posible seguir avanzando por ese Deber hacia las alturas inconmensurables del Espíritu. Cuando ese Sentido se despierta en el ser, podremos Comprender la magnitud de las palabras de Gautama el Buddha, “Hasta que no vea la espalda de mi último Hermano entrando a Nirvāṇa, no entraré YO”, el cumplimiento del Deber es poner al Amor en movimiento dentro de nosotros, y aplicarlo en todas las cosas que hacemos, y cada cosa que hagamos, debe ser con plena alegría de saber que estamos haciendo lo que se Debe hacer. Practicar el Discernimiento, nos aproximará cada vez más a la dirección correcta de ese Deber, porque como todas las cosas que involucren Progreso Espiritual, requiere de su tiempo y experiencias que no acaban en una sola existencia terrena. Esta alta cualidad, se sigue desarrollando paulatinamente vida tras vida, pero lo más esencial es comenzar su aprendizaje ahora, “porque mañana es nunca” y si deseamos progresar, debemos dar cumplimiento a las Normas que han sido establecidas por edades, para que el Deber se cumpla, e instruya al Buscador, con el cumplimiento de las Leyes que elevan al Alma o la hacen descender en los más oscuros y tórridos mundos de la materia. Leal Sentido del Deber, es la capacidad de captar con claro discernimiento, lo que se debe ejecutar con justa medida, sin permitir desviarse de la Correcta Acción y su Correcto resultado según demande la Ley con la cual nos hemos juramentado Servir Lealmente. Cuando el hombre descubre que el único Líder que debe seguir es la Verdad, también descubre que la única manera de unirse a ella es su Lealtad. La Lealtad, es la incondicional entrega a esa suprema Verdad, que comienza con aquel que la representa, el Mahātman que lo guiará hacia ella.
UNA OBEDIENCIA VOLUNTARIA A LOS MANDATOS DE LA VERDAD, UNA VEZ QUE HEMOS PUESTO NUESTRA CONFIANZA EN ESE INSTRUCTOR, Y CREEMOS QUE ÉL ESTÁ EN POSESIÓN DE ELLA
La Obediencia Voluntaria, requiere de un espontáneo discernimiento, una obediencia ciega, es más proclive al error, ningún Maestro, asignará una tarea a aquel que sólo obedece sin discernir lo que debe o puede realizar. Ningún Maestro dará a su Chela, una tarea que supere sus propias fuerzas, el Maestro sabe hasta dónde puede su hijo Espiritual, cumplir con un mandato, esos límites, nunca son conocidos por el Chela.
Pero, esa Obediencia Voluntaria es la que lo mantendrá atento permanentemente, ante la más mínima insinuación del Maestro. Esta constante y permanente comunicación forma el más fuerte lazo de unión entre ambos, tan es así, que el Chela, actúa espontáneamente ante una sugerencia de su Maestro, pero a la vez, interpreta la pureza del mensaje, con toda la capacidad de su discernimiento; si esto no ocurriera así, el Chela puede incurrir en un error por interpretar incorrectamente el alto contenido del mensaje del Maestro, ya sea este una enseñanza o una acción determinada.
El Discípulo, se ofrece al Maestro con plena Voluntad, porque sabe que a quien elige para que lo guíe por el difícil Sendero, posee la Sabiduría que le puede permitir unirse finalmente a la Verdad, a esa misma Verdad que ha convertido en Maestro a ese hombre que eligió su corazón para que lo guíe. La Obediencia Voluntaria ofrecida al Maestro, es como cuando el Loto, que es el devoto Chela, abre los pétalos de su Alma, para que la Luz de la Verdad, que anida en el Solar Maestro, penetre en su corazón, permitiéndole así, alcanzar el mismo Centro desde donde dimana esa Verdad.
UN VALEROSO ÁNIMO PARA RESISTIR LA INJUSTICIA PERSONAL
Este peldaño, es uno de los más difíciles, pero es el que más templa el Alma. La calumnia, la denostación, el ser declarado culpable injustamente, y el mal agradecimiento, pueden tener en el estudiante un efecto devastador. Para ello es necesario fortalecerse siempre con la fuerza de la Veracidad y las más correctas acciones, pero por sobre todo, conocer al ser humano en sus más recónditas debilidades. Porque no existe peor acusador y difamador que el débil, es como aquel que pretende que al gritar más fuerte puede con ello engañar mejor haciendo creer que dice la verdad. Los grandes engañadores han llevado a la muerte a muchos inocentes, y son los que saben que con prolijas y bien elaboradas mentiras consiguen falaces aliados. Si por ser Veraces, si por enseñar la Verdad, si por defender a un inocente, si por evitar que se cometa una injusticia, si por intentar salvar al mundo y no ser comprendidos, se cae bajo la cruel injusticia y el desprecio del juicio humano, es de Hermanos de la Ley, el no responder con el poder indiscriminado del odio, es de Hermanos de la Ley, refugiarse en la Fuerza de esta Ley que amamos y que sólo ella puede abogar por quien ha caído víctima de ese infortunio. Pero, en la búsqueda en nuestro interior, de templanza y de valor, como de fortaleza, es necesario centrarnos en esa Ley de Causación, pues algo hemos puesto en movimiento, de alguna manera la hemos invocado y se ha abierto una puerta del pasado, donde por mucho tiempo han permanecido las causas que dejan salir presuroso los efectos que son las viejas deudas aún sin cancelar o mejor dicho sin resolver. Si se reacciona con violencia, ante la injusticia, agregaremos más causas y más efectos a esas injusticias, el remedio amargo, hay que beberlo con la mejor predisposición, porque cura, así, muchas veces, la única manera de templarnos para no perder el equilibro y la sensatez, sea pasar por esas amargas experiencias. Aprender a atenuar nuestra propia violencia evitará que ese dragón de las injurias nos devore en su arremetida. La defensa siempre debe ser como la misma Verdad que la ampara, elocuente, firme y convincente e infundida de una fortaleza fundamentada en la paz, para que la agresión, ante la misma se debilite y no encuentre resonancia para que no se multiplique. Todos los motivos del odio, se alimentan de las reacciones de los que por falta de discernimiento, atacan de plano el muro de las injusticias que levantan los hombres errados.
UNA ENÉRGICA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Los Principios Declarados por la Teosofía, son y han sido por siglos, los más elevados. Todos ellos sin excepción, están fundados en la Suprema Ética y Moral que los grandes Sabios del pasado dejaron como Norma de las acciones correctas, basadas en pensamientos correctos. Aprender de ellas y actuar en consonancia con estos elevados Principios, nos permite declararlos y declararnos parte de ellos porque se vive de acuerdo a ellos. Todas las Religiones del mundo profesan reglas Morales y Éticas en sus Mandamientos fundamentales que son el corazón de esa Religión, pero vivir de acuerdo a ellas es todo un desafío porque implica ser tan transparentes como el más límpido cristal a la luz del día, y tanto hombres religiosos como sus creyentes pueblos y muchos Teósofos, deben librar una batalla constante para evitar poner el pié del lado que los desplace de esos Principios. Estos Peldaños Dorados, están fundamentados en esos principios con los que el Hombre honesto debe actuar en una sociedad humana, pero a la vez, es importante comprender que estos no deben ser usados como una máscara que encubra el corazón y los oscuros pensamientos del hombre, esa hipocresía, en algún momento involucrará a su dueño en algún error que será fatal porque quedará desnudo ante los ojos de un mundo que no suele ser nada piadoso a la hora de juzgar, pero lo peor, es haberse fallado a sí mismo, el dejarse vencer por los apetitos de las tendencias instintivas, por mentir, por contribuir por ambición con las miserias de los más débiles, por actos inmorales con niños, por no cumplir con las promesas o compromisos contraídos, por poblar el campo de la Mente con pensamientos que harán víctimas a aquellos distraídos que se dejan llevar por cuanta influencia pulule en sus propias mentes, por indiferencia cruel y despiadada, por ser cómplices de criminales actos inhumanos, por fanatismo religioso o político, por todos esos actos en acción o pensamiento, el hombre queda fuera de todo Principio que exalte los más encumbrados valores humanos. Pero el Hombre o Mujer, que ha incorporado a su Mente y Corazón esos elevados Principios, y vive de acuerdo a ellos, podrá demostrar que una sociedad humana puede vivir honrosamente en la justicia, en la defensa constante por pueblos cultos, en los derechos de todos los estamentos de una sociedad, a la educación, la ciencia y a la contención y a la riqueza compartida, y que la pobreza no sea sinónimo de hambre y desamparo.
Declaración de Principios, es transitar por la senda de la Compasión, mientras las Verdades Eternas son declaradas para la salvación Espiritual del Hombre.
UNA VALIENTE DEFENSA DE AQUELLOS QUE SON INJUSTAMENTE ATACADOS
La Valentía nace al comprender la magnitud de cualquier injusticia, y nace por dos razones fundamentales, primero, porque nos invade el temor de ser tratados con esa misma injusticia, y segundo, porque el impacto en el Alma, nos impulsa a hacer algo que detenga ese daño innecesario.
Lejos está el hombre de toda Moral, si permite que se cometa una injusticia y él rehúya evitarla, cuando menos, atenuarla.
La defensa sobre sí mismo, nos ha permitido como raza humana poder sobrevivir y sobrellevar todas las vicisitudes y tragedias de la vida. En nuestro inconsciente colectivo permanece viva cada una de esas dolorosas experiencias, es por ello que en lo individual, sufrimos el miedo de que nos arrastren al cadalso de esos pavorosos estados en que todo nuestro ser, no puede contra la impostura de cualquier injusticia y más, cuando una multitud o una opinión generalizada, se obstina en enviar a la hoguera a alguien, porque considera que su complicidad con la injusticia le hará ganar un lugar en la sociedad, con algún poderoso o con su Dios.
Personajes como Giordano Bruno, y santos como Juana de Arco y tantos otros, fueron consumidos por el fuego de la brutal injusticia de una más brutal ignorancia, pero lo más conmovedor, es ver hoy, que son reverenciados como santos, por los herederos de aquellos que cometieron esos inconcebibles crímenes.
Hoy, el poder de la injusticia recorre hogares, colegios, templos, hospitales, gobiernos, países y el mundo entero, pero, lo peor, es que se ha enquistado en el corazón del hombre que sólo busca con ello mantenerse en este mundo rodeado de riquezas, poderes y la capacidad de decidir quien vive en su hogar, en su país o en el mundo. La opresión contra el pobre, contra el débil sin oportunidades en una sociedad, no debería pasar desapercibido bajo una actitud indiferente de ningún ser humano y menos de un Teósofo. Quien lo hace, es cómplice silencioso de una injusticia. Los deberes Morales de una sociedad, deben ser siempre recordados en cada oportunidad que se presente, esa cizaña de la injusticia, debe mantenerse a raya para evitar la proliferación de actos despiadados e injustos. Y ante la acción deliberada de una injusticia, el Teósofo debe levantar la bandera de la Veracidad y hacerla ondear lo más alto posible, para que su luz, muestre la cueva que oculta las malas intenciones que perjudican a quien no merece el juicio y condena injusta de nadie. La Valentía y el Altruismo, serán siempre el refugio del justo, pero también serán su fuerza, su escudo y su lanza en el campo de batalla de la vida, como también su corona y su cetro al concluir su última vida en este mundo.
UNA MIRADA CONSTANTE EN EL IDEAL DE PROGRESO Y PERFECCIÓN QUE LA CIENCIA SECRETA (GUPTĀ VIDYĀ) COLOCA ANTE NOSOTROS
La Mirada Constante en el Ideal, nos relaciona con el Sendero del Medio, ni muy a la derecha ni muy a la izquierda, lo cual nos coloca en el justo centro, esto es, en pleno con el discernimiento. Ese Centro, llamado Discernimiento, nos pone en línea recta con ese Ideal con el cual nos queremos unir a perpetuidad. Y la mirada constante en ese ideal, es mantenerse dentro de la Ley, dentro de Dharma, pero a su vez, nuestra mayor responsabilidad es, la de impulsar a nuestros Hermanos a que comiencen a escalar el Sendero que es el Ideal de Progreso y Perfección Humana. El Progreso y Perfección, sólo se lograrán, a través de la Ciencia Secreta, la Guptā Vidyā, la cual ha sido formulada a través de miles e incontables años, por pueblos de Hombres Sabios que constituyeron las Leyes o Normas a perpetuidad, para el Progreso y perfección del Hombre, y he aquí, que el estudiante debe observar, que no se habla de Evolución, y esto demuestra que el PROGRESO y PERFECCIÓN, están referidos sólo al Sendero Interno, a la Ascensión Espiritual en el Hombre y que todo lo que es tratado cómo Evolución, está referido a la materia que es la que evoluciona en la forma y en adaptaciones, como vehículo de las necesidades del agente Espiritual que lo habite. Por ello, la necesidad crea la forma y su adaptación al medio para progreso del Alma.
La mirada, es la Plena Atención en nuestro Universal Ātman, esa atención vincular permanente, va formando la Unión Sagrada entre ambos, es la manera en que se da actividad a ese Antahkarana, para que lo inferior, logre por integración a la Ley, la Nota Tónica, que le permita atravesar ese Antahkarana, o sea, el paso desde la Mente inferior hacia la Superior, en un viaje que puede durar tanto, como el esfuerzo, la Voluntad y su tenacidad de una o más vidas, le lleve alcanzar ese Divino ideal en el cual, sin dudar un sólo instante, ha permanecido con los ojos del Alma, puesta su mirada en ese único primer Principio, ĀTMAN.
ESTOS SON LOS PELDAÑOS DORADOS POR LOS CUALES LOS ESTUDIANTES HAN DE ASCENDER AL TEMPLO DE LA SABIDURÍA DIVINA
Esto ha sido un intento, que basado en lo que comprendemos de la Teosofía, hemos podido desglosar e interpretar como estudiantes de esta Guptā Vidyā. Estos Peldaños Dorados, son como una brújula que apunta hacia el Norte de nuestro Gran Anhelo, de cada peldaño sería posible escribir tanto como la captación y la percepción de sus contenidos nos permita. Pero, todos ellos tienen entre sí una íntima relación, que obliga al estudiante a poner una atención constante, sobre los Principios Fundamentales de la Sagrada Doctrina, que enseña los altos valores de conducirse Moral y Éticamente, por el Sendero Correcto, y es aquí, donde la aplicación de la conducta que enseña Gautama el Buddha, en el Óctuple Sendero, cobra una dimensión importantísima; sin estas reglas sobre la conducta, las cuales deben salir elaboradas de nuestra mente, una vez aprendidas y comprendidas, para ser derramadas a través de cada acción que lleve siempre implícito, el beneficiar a todo lo que pueda influenciar a su alrededor, sin discriminar a ningún Hermano, sería imposible atravesar las puertas de una SABIDURÍA MAYOR.
Los Mahātmas, y H. P. Blavatsky, dejaron muchas de estas Normas Morales de la Conducta que practicadas y asumidas como Sabiduría, serán las únicas que tienen el Poder y la Fuerza de Resolver y cortar con la Cadena de Causación que produce la esclavitud de nuestra individualidad, en el territorio de la Materia. Esta Materia, esta Madre, eso quiere decir Materia, nos acoge para que aprendamos los recónditos secretos del Padre y a él retornemos libres de toda ignorancia y a la vez Príncipes coronados por la Sabiduría para reinar soberanos en ese perpetuo reino del Padre. Pero, es menester superar los lazos con la tierra madre, y buscar su verdadera corona Espiritual junto al Padre.
Ahora, corresponde a los Hombres de buena Voluntad, Contemplar la Verdad Ante Sí, y comenzar a aprender de ella, haciendo todo el esfuerzo posible, para que llegado el día en que se ha incorporado hasta la última esencia de esa Única y total Verdad, ella les abra su Corazón Espiritual, y puedan sumergirse en su Océano infinito, libres del Saṃsāra, libres de Dukkha, pero sin soltar la mano de esa parte de la Humanidad que aún pueda permanecer en los oscuros valles de los bajos mundos de la Mente y la materia que corrompe todo intento de superación, hasta que la Fuerza de la Verdad que liberó esos Hombres, puedan sus Sagradas manos, elevar a esos rezagados y Gautama el Buddha de Compasión Infinita, pueda cerrar tras de sí, el Portal del Gran Ciclo Humano donde hasta el último Hermano, alcance la Gloria del Nirvāṇa.
“SÓLO ES LIBRE, AQUEL QUE CONSIDERE LIBRES A TODAS AQUELLAS CRIATURAS QUE ÉL CON SU DIVINA COMPASIÓN, LAS PUEDA RESCATAR, DEL SENDERO DEL ERROR”.
Aquel que no limpia la suciedad con la que el cuerpo del padre
puede haber sido profanado por un enemigo,
ni ama a su padre ni se respeta a sí mismo.
Aquel que no defiende a los perseguidos e indefensos,
que no da de su comida al famélico,
ni saca agua de su pozo para el sediento,
ha nacido demasiado pronto en la forma humana.
Contempla la verdad ante ti:
una vida limpia,
una mente abierta,
un corazón puro,
un intelecto ávido,
una percepción espiritual sin velos,
afecto fraternal hacia el condiscípulo,
presteza para dar y recibir consejo e instrucción,
un leal sentido del deber hacia el Instructor,
una obediencia voluntaria a los mandatos de la Verdad,
una vez que hemos puesto nuestra confianza en ese Instructor ,
y creemos que Él está en posesión de ella,
un valeroso ánimo para resistir la injusticia personal,
una enérgica declaración de principios,
una valiente defensa de aquellos que son injustamente atacados,
y una mirada constante en el ideal de progreso y perfección
que la ciencia secreta (Guptā Vidyā) coloca ante nosotros,
esta es la escala de oro por cuyos peldaños los estudiantes
han de ascender al Templo de la Sabiduría Divina.
Dile esto a aquellos que se han ofrecido
voluntariamente a ser enseñados por ti.
Nota:
Estos Peldaños han sido ampliamente difundidos y comentados, pero, por lo general son separados de su contexto sin que el estudiante conozca el lugar de donde fueron extraídos y las razones por las cuales H.P.B. se los tuvo que transmitir a sus alumnos.
En 1888 H.P.B. se sentía morir, agotada por los continuos ataques de personas que no entendían su misión, no estaba segura de poder concluir su gran obra, La Doctrina Secreta, ella había sido “echada” de Adyar y se encontraba extremadamente enferma. Sin embargo su Maestro le dio la opción de realizar un nuevo esfuerzo y ella acepto una vez más, por el bien del Movimiento y de todos aquellos que esperaban ansiosos aún sin saber ese último impulso que ella pudiera dar. Pero así como en aquel encuentro con su Maestro en Inglaterra donde ella acepto por primera vez llevar adelante esta tarea, sabía bien de las consecuencias que implicaba dar al mundo un conocimiento que según muchos de los Maestros, este no estaba aún preparado para recibir.
Así fue como viajo nuevamente a Inglaterra y en pocos años hizo una labor que pocos han hecho en sus vidas. Uno de sus principales propósitos fue el de dejar un grupo de personas preparadas y comprometidas para poder seguir con los Principios Originales sobre los cuales el Movimiento se había fundado y con esta intención se formo primero un grupo de estudio (la Logia Blavatsky) y después dos grupos con personas aun más comprometidas, destinados a ser instruidos en enseñanzas Esotéricas y Ocultas.
Sin embargo H.P.B. se encontró nuevamente con la misma realidad que tuvieron que enfrentar los Maestros al intentar instruir a sus dos pupilos ingleses, el Sr. Sinnett y el Sr. Hume, es decir, con la cultura y educación occidental-cristiana que abarcaba a la mayoría de sus alumnos. Una idiosincrasia que les dificultaba enormemente adaptarse a las normas y reglas de comportamiento y conducta dictadas por las más antiguas escuelas Orientales de Sabiduría.
En este contexto, mientras la Sociedad Teosófica era atacada por fuera y por dentro, y muchos de los miembros que habían tomado la Promesa de la Sección Esotérica parecían ignorar la importancia y seriedad del caso, fue que H.P.B. recibió las severas advertencias de sus Maestros y en las Explicaciones Preliminares a la Instrucción N° III ella realiza una extensa exposición presentando a sus alumnos las normas de conducta que rigen su forma de actuar y que deben ser las que rijan la de todo aquel que haya tomado la Promesa. Allí es que H.P.B. cita partes de las cartas recibidas de su Maestro y transcribe estas Sagradas Enseñanzas extraídas del Libro de los Preceptos de Oro, de las cuales dice: “Estas reglas son tan antiguas como el mundo. Y estás son, como puedo verlo ahora, las que se esperaba que yo impresione en la mente de todos aquellos que se presenten ante mi por instrucción” (La Escala de Oro y esta última cita se encuentran en las Instrucciones Esotéricas de H.P.B., en las Explicaciones Preliminares a la Instrucción N° III, las cuales fueron publicadas por Boris de Zirkoff en el Volumen XII de los Collected Writings y por Daniel H. Caldwell en el libro The Esoteric Papers of Madame Blavatsky).