El Servicio en el Desarrollo de la Compasión - 1º parte
(Continuación de los Editoriales anteriores)
Editorial Abril 2022
Cuando se trata del Servicio, según las Reglas, suele haber mucha confusión al tratar de interpretar lo que significa ese término, en materia de disciplina Espiritual; si el primer paso es el desarrollo de la Humildad, para llevarla al terreno de la experimentación, es necesario el Servicio, donde es aplicable esa Humildad como parte de las demás Cualidades que se obtienen por Disciplina.
La Regla de Oro siempre es la investigación, acompañada de estudios relacionados a las Cualidades Superiores, le sigue su reflexión, y llevarlas a la práctica con plena observación de cómo se realiza y sus resultados si son o no beneficiosos o que se debe cambiar, como a la vez, qué errores se han cometido o si la intervención personal afecta o contribuye a un mejoramiento; además, en esa observancia, debe estar ausente el Sentido de Mérito personal, la búsqueda de impresionar de la personalidad, el apego infeccioso a los resultados.
Servir, es una Cualidad que se desarrolla en la Convicción de que se puede mejorar y comenzar tomando con responsabilidad el Motivo del Cambio que comienza a surgir de toda esa elaboración interior primero y expresarla a través de acciones que armonicen con el Dharma o Ley, como también con las Reglas que surgen de la Moral y la Ética Espiritual, donde el Discernimiento cumple un rol muy especial junto al Sentido Común.
El Servir es estar atento para cubrir o resolver cualquier inconveniente, aplicando ese Sentido Común que nos alerta hasta donde se debe intervenir para evitar colaborar negativamente en la actitud de Servir; Discernir, es la capacidad que se va desarrollando paulatinamente, a medida que se avanza en la experimentación de ambas Cualidades, Humildad y Servicio.
Como se podrá advertir, Servir, implica una profunda autoeducación, estudio y observancia, ausencia de personalismo, Voluntad, y por sobre todo una Actitud Dinámica; esto, es esencial, la dinámica esta sujeta a la velocidad en que el Discernimiento actúa a través del Gesto, este, surge espontáneamente sin especular como obtener algún tipo de retribución humana o de las Leyes Naturales.
Todo Servidor, se capacita para contribuir con su conocimiento, educando o mostrando y demostrando, el valor inapreciable del saber sobre las Leyes que gobiernan el Universo hasta la ínfima partícula que lo compone; el Servidor, enseña con su ejemplo, con su disposición dinámica, con su espontaneidad para responder verbalmente o defendiendo lo que es correcto ante una injusticia.
La Meditación del Servidor se ocupa de enviar consuelo, paz, armonía y protección a toda criatura viviente, como también a toda la Naturaleza verde, desiertos, mares, montañas y a la misma atmósfera.
El Servidor, toma su Promesa, su Compromiso e incondicionalmente lo ofrece a aquel que puede estar observando sus pasos en su desarrollo, ya sea un Mahatma o su propia Alma, en esa seria actitud, basa su fuerza interior, para no ceder a ninguna tribulación que surja de sus tendencias; permanece con su mente en constante atención para no defraudar ni defraudarse a sí mismo.
El Optimismo es una práctica que debe ser incentivada desde la misma mañana, esto hace que toda labor, sea llevada a cabo con alegría y persistencia, la actitud Dinámica junto con el Optimismo, genera una energía que contagia a quienes le rodean.
Es por ello que la práctica de la Reflexión, si bien debe estar enfocada en las acciones o en la falta de ellas y en el porqué se han hecho o en el porqué se han evitado, el optimismo, evita en estos casos, que decaiga nuestro ánimo al descubrir errores o desaciertos en nuestras acciones diarias y siempre es el optimismo el que nos indica que siempre hay otra oportunidad para realizar acciones superadoras o mejores y que sentirse culpable, no resuelve un inconveniente, sino, que ante otra circunstancia se podrá resolver aquello con mejor acierto y de no tener ya solución, siempre comprender que la experiencia es parte del aprendizaje que aunque conlleve dolor lo más importante es no ceder al desertar o caer vencido ante un imposible.
La Humildad y el Servicio, se van consolidando en el interior, desintegrando la indiferencia cruel que provoca el egoísmo, e interactuando con todo lo que compone el mundo y a su vez, tomando directo contacto con la gama infinita del sufrimiento humano y todo aquello que lo ha convertido en los grilletes del dolor más acuciante.
Todo Servidor debe tomar contacto con lo trágico de la vida, observar, analizar, reflexionar y fortalecerse emocionalmente para no sucumbir ante lo cruel del sufrimiento de toda criatura; es vital no caer presa de las emociones o el espanto, ya que dentro del proceso de depuración, se va desarrollando una fina sensibilidad que tiende a debilitarnos si no sabemos contenerla sin perder el equilibrio, el que Sirve se conecta con aquello que sufre y todo su ser se conmueve intentando aliviar a quien esta preso de esa cruel experiencia, por lo que es importante irse preparando para contingencias de ese tipo, y tomar noción del sufrimiento, observarlo y vernos en nuestras reflexiones como reaccionaremos, ante situaciones límites.
El Servicio, se dimensiona en las mismas obras de aquel que se ha entregado a esa Gran Causa, de la cual se ocupa y preocupa a esa gran porción de Hermanos que componen la Gran Logia de este sistema; lo que ha comenzado en el ser humano como un tibio anhelo espiritual, se va sobre-dimensionando de tal manera que lo impulsa hacia el estado de Hombre Espiritual, al llegar a este punto intermedio tan vital, este Hombre, dimensiona su tarea entre el mundo de las causas y efectos, con los estados de consciencia donde el Progreso lo lleva siempre en su Fuerza ascendente, hacia el Estado de Hombre Divino. En todo este proceso, en que el ser humano, dentro del Sendero de Desarrollo que comenzó cuando entró a la etapa humana, y comienza su intento superior con la práctica de la Humildad y el Servicio, esto, jamás cesa en toda su actividad, es por ello que decimos que se dimensiona, se expande en su actividad externa y luego interna, afectando estos dos pares de opuestos Universales, el reino de la materia y al Espiritual-divino; en la medida que desarrolla estas dos cualidades Superiores, surge inevitablemente la Devoción como el hilo conductor y conector entre estos dos estados Universales, conducentes hacia la fuente Universal del Amor; las cualidades como la Caridad, Benevolencia, Piedad, etc., son partes que surgen del mismo proceso donde se van alcanzando las Virtudes Mayores, son sus derivados lógicos donde el ser en desarrollo toma contacto con la cruda realidad experimental de la Humanidad.
El Sendero que muchos buscan, ya comenzó cuando el ser entra en la Etapa Humana, desde allí, se desarrolla ese Sendero pasando por el Sendero del humano intelectual, el Hombre Espiritual y el Hombre Divino, siempre es un único Sendero y dentro de él, se van alcanzando distintas etapas de Desarrollo, desde lo instintivo hasta el Supremo Estado Divino. Por lo tanto, el ser humano no va en busca de un Sendero nuevo, sino, en la búsqueda de conquistar una nueva etapa dentro de ese Sendero, donde cada Iniciación lograda, sólo demarca o confirma el ascenso alcanzado siempre dentro del Sendero que comienza cuando desde lo interno surge en su Estado de Individualidad.
El hilo Conductor, ya lo hemos dicho, de todo este alquímico proceso, es la Devoción y esto, requiere de una explicación simplificada, pero útil para los estudiantes de Teosofía, por lo tanto, estas Editoriales con estas explicaciones simplificadas, colaborarán con los sanos propósitos de todo aquel que desee ascender desde su etapa humana hacia la necesaria etapa espiritual, donde se muestra claramente el porqué afirmamos que no existe una Teosofía fácil, so pena de una pseudo-teosofía.
En el siguiente editorial estaremos desarrollando y profundizando sobre los distintos aspectos del Servicio para luego poder incursionar sobre la Devoción en futuros editoriales.
Muchas gracias.
Manuel Antonio Fernández
Integrante del Centro