¡El Sueño que Nunca Muere!

Editorial Diciembre 2013

 


Ya finalizando el año 2013 y cumpliendo esta página sus primeros diez meses, queremos agradecer a todos aquellos que la han visitado, e ingresaron a ella periódicamente compartiendo con nosotros el material presentado. Este material está formado por trabajos propios de los integrantes del Centro y en especial por escritos de los Maestros y H.P.B. como así también de varias personas que integraron el Movimiento Teosófico de aquel entonces y en lo sucesivo. Por todos ellos sentimos un gran reconocimiento ya que nos dieron las bases para el estudio como así también para la difusión de la Teosofía. A los Maestros y H.P.B. nuestro eterno agradecimiento y un profundo respeto, porque nos mostraron el camino a seguir, marcado con sus propias huellas.

Entre las muchas cosas que nos unen a los estudiantes de Teosofía, está la de compartir junto a los fundadores de este movimiento, el anhelo de ver a la Humanidad unida en un objetivo común: el bienestar y el progreso espiritual de todos. Boris de Zirkoff pudo sintetizar este anhelo en la alocución que realizó en el centenario de la fundación de la S.T. que llevó por título “El Sueño Que Nunca Muere”. Él fue un sobrino nieto de H.P.B. y supo buscar y recopilar muchos escritos de Blavatsky, dándonos la oportunidad de acceder a esa información que en muchos casos se encontraba desperdigada y en otros casos desaparecida. La descripción que él hace en su alocución, del momento que se vivía en aquel entonces, tiene total vigencia en los tiempos que corren y tal vez como nunca, debamos unirnos los estudiantes de Teosofía, en ese sueño tan noble como posible.

Demos lugar a sus palabras ya que hacen un llamado al corazón de todo teósofo, a continuar la lucha en pos de esa Unidad tan ansiada. Sus palabras nos movilizan y nos instan a retomar con responsabilidad el trabajo comenzado por nuestros mentores, teniendo como objetivo el bien común, realizando los cambios necesarios en nosotros mismos para lograr nuestro crecimiento espiritual y a la vez el de todo lo que nos rodea, colaborando para que otros puedan también cambiar y así lograr un mundo mejor.

 

Nunca dejemos de intentarlo.

 

 Presentado por

Guillermo Colombo

Integrante del Centro


 

 

 

 Boris de Zirkoff

 Alocución dada en el Congreso Mundial del Centenario de la S.T. en N.Y. 17-11-1975

 Pienso que estamos aquí, en este salón, en un lazo de hermandad, siendo de algún modo la corporización parcial de un sueño noble un sueño de días pretéritos, un sueño viviente en el corazón de los hombres, un sueño que ha sido implantado en nuestras mentes por nuestros originales Guías y divinos Instructores en edades pasadas— el sueño de una humanidad unida, de un renacimiento de la Sabiduría Antigua, y de un mundo en paz.

Tan lejos como la tradición puede contar, los hombres y mujeres más nobles alrededor del mundo han tenido ese sueño. Aquí y allá, han surgido movimientos para traer a la manifestación ese sueño, al menos en alguna pequeña escala.

Y entonces hace cien años, otro pequeño grupo de buscadores y estudiantes soñaron el antiguo sueño una vez más. Un gong místico fue tocado. Su vibrante sonido se extendió por todas partes, llamando a la gente a venir y corporizar el antiguo sueño nuevamente. Y unos pocos vinieron enseguida… y vinieron otros… y luego vinieron más, hasta que una continua corriente, un flujo de buscadores y estudiantes vinieron desde los confines del mundo a unirse a los originales arquitectos y agentes de esta vasta empresa el sueño que nunca muere. Una oculta ventana, podríamos decir, abierta en cielos humanos, y la luz de la Sabiduría Antigua se vertió sobre los estériles campos de un mundo materialista. Una nueva nota vibró.

Hoy, cien años después, enfrentamos un mundo en transición, un mundo que parece haber caído en guerras salvajes, sonidos y pensamientos de guerra, ansiedad, miedo, superstición y violencia. ¡No desmayemos! Esto no es algo que está llegando a su final, no es el mundo cayéndose a pedazos, sino que es el mundo que está transitando el tiempo de un nuevo nacimiento. Tremendos cambios, cambios globales, y naturalmente con esos cambios hay una irreversible dislocación de algunas cosas. ¿Cómo podría ser de otra manera? El viento del Espíritu está soplando alrededor del mundo y está llevando con él algunos de nuestros más atesorados paisajes internos. El inflexible espíritu del ser humano está nuevamente ocupando su lugar en las líneas del frente y plantando su estandarte en la cabecera de playa de un nuevo Continente de Pensamiento. ¡No nos equivoquemos! Los nuevos capítulos en la cultura y en la civilización no son el resultado de lúgubres reflexiones de la mente-cerebro o de diversas posiciones e ideas sociológicas. Los nuevos capítulos de la civilización y la cultura son la manifestación de una visión trascendental inspirada por el sueño que nunca muere. Hoy enfrentamos justamente eso.

Esto no es la materialización de algún “mal cósmico” permitido por la caridad de la Providencia. ¡Oh no! El mundo de hoy es nuestro mundo, es nuestro propio pasado, que esta fluyendo sobre nuestras cabezas y viene a nuestro encuentro como una confrontación violenta. Tenemos que enfrentarlo y armonizarlo. Y pagar las deudas debido a las equivocaciones y errores pasados y construir algo nuevo.

 El Movimiento Teosófico hoy se ha convertido en una fuerza en el mundo, con la cual se puede contar. No es tan fuerte como quisiéramos, pero ha llegado a ser una potencia. Y aún enfrenta muchos peligros importantes que no deben ser ignorados. Uno de esos peligros es la comercialización. Nunca debemos perder de vista el hecho de que la Teosofía no puede ser vendida, no puede ser comprada, no puede ser arrendada, no puede ser alquilada. Solo puede ser dada gratuitamente, sin ninguna traba, ninguna condición, pues encarna algo del sueño que nunca muere. Y el otro peligro que muchos estudiantes de Teosofía ya han encontrado y otros pueden encontrar nuevamente, proviene de ciertos regímenes estrechos y totalitarios cuya miopía innata les impide ver los horizontes espirituales del pensamiento humano. Pero siento que estos peligros no son sino temporales porque finalmente serán derrotados. Derrotados por sus propia y evidente arrogancia.

Pero hay un peligro mayor para el Movimiento Teosófico, y ese peligro mayor proviene de la proliferación del psiquismo en todas sus muchas formas engañosas. Ahora, nuestras enseñanzas espirituales e intelectuales deben ser imperativamente protegidas de esa amenaza. Esto no es una acusación contra los temas psíquicos. Estoy hablando del salvaje, descontrolado, emocional y comercializado psiquismo. Por lo tanto, amigos, hablando como observador, si me lo permiten, hay un tema de cierta preocupación para muchos de nosotros: ver dentro de la estructura del cuerpo del Movimiento Teosófico muchos programas y seminarios, de Logias y Centros dedicados a muchos problemas y temas psíquicos y a otras manifestaciones inferiores de yoga, numerología y astrología y toda clase de cosas contenidas o más bien dirigidas al campo de la magia, en lugar de que los miembros estén enmarcados en las enseñanzas fundamentales y básicas de la filosofía esotérica. Para eso estamos aquí, ahí es donde el movimiento organizado debería apuntar. Y mi observación ha sido que muchos miembros y trabajadores en el Movimiento no están muy familiarizados con las enseñanzas básicas de la filosofía esotérica. Necesitan estudiar aún más de lo que lo han hecho.

 No nos equivoquemos amigos, si la tendencia no se revierte, si el interés psíquico del mundo exterior invade nuestro movimiento en cualquier medida, no seremos capaces de conducir la cresta de la ola espiritual del futuro, ni guiar a la humanidad a una intelectual, espiritual y ética apreciación de las enseñanzas.

 Si esta tendencia no es revertida estamos hundidos, pero será revertida, ese es mi pensamiento.

Y recordemos amigos que unos de nuestros objetivos permanentes, una clase de objetivo que no está escrito en los mismos, el principal objetivo de estudio en el Movimiento Teosófico cien años atrás, fue detener la embestida de la marea psiquica. Que tiene peores efectos. Advertencias sobre esto y la forma de enfrentarlo abundan en los escritos de H.P.B. y de muchos otros grandes teósofos. Por lo tanto nosotros miramos hacia adelante con gran esperanza. Podemos realizar esto si solo dejamos de pensarlo y le damos a todos, a estudiantes y no estudiantes, a buscadores y a aquellos que vienen buscando respuestas a los problemas de la vida, si les damos las enseñanzas fundamentales y básicas de la filosofía esotérica como fue presentada por los Fundadores y por aquellos mucho más grandes que ellos, detrás de la escena. Estamos entrando en el próximo siglo en un camino de gran esperanza e inmensa promesa. ¡Hagámoslo!

 El desafío del segundo siglo esta en nuestro umbral. Detrás de este desafío, detrás de todo el trabajo, detrás de toda labor, está el antiguo sueño. ¡Les hago un llamado a que reconozcamos el desafío! !Les hago un llamado a estar a la altura del desafío y enfrentarlo con todo lo que tengamos! Nacido en antiguos días, en la aurora de la humanidad, progenie de seres parecidos a estrellas y sustentado por los sabios y videntes a través de las edades, nuestro sueño nunca puede morir.

 Cien años atrás H.P.B. fue enviada como una mensajera directa de la Hermandad, actuó como muchos otros lo han hecho antes que ella, quienes fueron también mensajeros. Ella fundó una escuela, una escuela para el resurgimiento de la Sabiduría Antigua, una escuela gnóstica, lo que simplemente significa una escuela para el conocimiento espiritual, Atmavidya, Bodhidharma, Brahmavidya, llámenla como ustedes quieran.

La escuela que ella fundó estaba alineada y en perfecta armonía con los mandatos de la Orden Sagrada. Como otras escuelas, la que ella fundó tenía un foro exterior y un santuario interno. El Movimiento Teosófico, la sociedad exotérica y todas sus actividades públicas son el fuero externo que todos conocemos. Todos lo sabemos. Con respecto al santuario interno esta hecho de la suma total de estudiantes y buscadores alrededor del mundo, afiliados a cualquier institución o a ninguna, quienes han dedicado su vida entera al estudio de la Sabiduría Antigua, quienes han renunciado a todos los intereses mundanos, que han tomado ciertos votos y luchan por una vida de discipulado. Sin ese Santuario Interno el foro externo sería solo una farsa.

Y algunas de las características de los buscadores y estudiantes del Santuario Interno son: suprema impersonalidad, altruismo, dedicación completa y de todo corazón al trabajo de los grandes Maestros, el perdón de todo daño recibido, una vida de lucha y aspiración, y su lema es: ¡conocer, querer, osar y permanecer en silencio!

 Hay una sabiduría en el mundo, una sabiduría que no es visible a los ojos de los hombres. Hay un sendero que conduce a esa sabiduría y comienza en las mismas raíces de nuestro corazón. Y hay una manera de vivir, una manera secreta de vida, un código de conducta que hace posible transitar ese sendero, el cual conduce a la Sabiduría Oculta.

Éstas tres: la Sabiduría Oculta a ser alcanzada, el sendero que conduce a ella y el método secreto de vivir, son las notas tónicas fundamentales del mensaje de H.P.B. al mundo.

 Sobre todo lo demás, en cada cosa que ella hizo y escribió, está la nota tónica de la Hermandad Universal la cual es la misma que la de la Unidad de Vida, una fraternidad global de la raza humana, la total integración de los hombres y las mujeres en una gran familia, conduciéndose hacia lo espiritual. El sueño de los más grandes y nobles hombres y mujeres, a través de las edades, es el sueño que nunca muere.

 Ella divulgó la existencia de seres humanos altamente evolucionados. Seres humanos vivientes, el resultado de edades de evolución, de los cuales ella fue el agente directo, a quien confiaron el mandato de entregar un mensaje y hacer la estructura, tanto como sea posible, de un templo para la encarnación de esa Sabiduría. Ella los llamó Hermanos Mayores, custodios de la Sabiduría Antigua que silenciosamente cuidan a la raza humana a través de los peligrosos estadíos de su inmadurez. En el distante horizonte de nuestra esperanza donde Su Mundo de Luz toca nuestro propio mundo, ella apuntó hacia esas supremas figuras de la humanidad cuyo corazón está hecho de fuego, sus mentes son estrellas flamígeras, cuyas almas están tejidas de compasión y cuya imperiosa voluntad está dedicada al servicio supremo y a la búsqueda trascendente de la Verdad ilimitada. A ellos está comprometida nuestra vida, la sustancia de nuestra vida, la fibra de nuestra consciencia, la fuente de nuestro Supremo Ser, en el vibrante silencio donde las palabras sólo pueden fallar, donde los pensamientos son luces de un faro.

Como hombres y mujeres de aspiración y profundo anhelo, osamos soñar.

Por el mundo, algunas veces un mundo de tiranos, sobre las batallas internas contra las tormentas de las pasiones humanas, osamos soñar.

Soñamos con una humanidad unida, con la fraternidad como una fuerza viviente. Soñamos con el triunfo de la Sabiduría Antigua y con un mundo en paz. Nuestro sueño está enraizado en la visión del corazón, en los espacios internos de nuestro Supremo Ser, más allá de la tiranía del tiempo, del rítmico flujo y reflujo de los años que pasan.

Nuestro sueño que nunca muere tampoco puede disiparse, vive en el corazón de todos los hombres.

 Los soñadores pueden morir... pero nunca muere el sueño.

 


Nota:

  • La traducción de esta alocución fue hecha por los intergrantes de este Centro en base a la grabación que puede ser escuchada aqui.