Sobre la Ley de Karma
¿Que sabemos sobre esta Ley?
Al parecer, muchos estudiantes de Teosofía se encuentran en un callejón sin salida al querer explicar algo sobre la Ley de Karma, probablemente este inconveniente surja de la falta de estudio como por la falta de una comprensión más cabal de este entuertoso tema.
H. P. Blabatsky, declaró que “…porque si bien ignoramos lo que Karma es per se y lo que es su esencia, sabemos cómo opera y podemos definir y describir su modo de acción con exactitud. Solo ignoramos su causa última, precisamente como la filosofía moderna, que admite que la causa última de las cosas es incognoscible.” (La Clave de Teosofía)1
Quizá esto explique la imposibilidad de dar una explicación certera y definitiva de lo que es Karma. Esta Ley, según dice el Mahatma M. es Atma, y de Atma también sabemos muy poco, no son cosas tangibles desde el punto de vista Humano, pero sin embargo, vemos como la manifestación de esta ley tiene un poder tremendo en el universo como en la vida Humana o de cualquier pequeña vida que vibre en el plano físico.
Karma es asociado al dolor y las mil y una miserias humanas, el concepto general es que imparte castigo, como que no reconoce piedad alguna al ejecutar la sentencia sobre cualquier acto en que haya sido violentada la armonía, y raras veces se suele mencionar “el buen Karma”, que de hecho solo puede haberlo, si han habido buenas acciones (esto último está referido sólo al nivel humano).
Es importante destacar la enseñanza que nos da la Teosofía, Karma no es ni bueno ni malo, solo reproduce fielmente la reacción que ha producido una determinada acción, y si es posible ver o sufrir esas consecuencias pareciendo que se nos ha agregado más sufrimiento adicional, es porque no tenemos en cuenta que la “carga adicional” es debida al poder del pensamiento que hemos impreso en la acción.
La ignorancia Humana pretende creer que es posible evitar su justicia, pero aunque el infractor huya a la velocidad fantástica de la luz, o implore protección a Ángeles o Dioses, Karma siempre estará en frente de él. Un hombre comete un crimen y cree que suicidándose, pagará la culpa o podrá evitar que la Ley humana lo alcance. Quizá de esta última ley pueda escapar, pero de Karma jamás, y lo que es peor, pagará por los dos crímenes cometidos, el de su víctima y sobre su propio crimen. ¿En qué momento o en qué tiempo le hará cumplir su sentencia el Karma? Tal vez en otra vida o por secuencias en varias de ellas, pero no evadirá la Ley hasta que la última gota de ese error haya sido agotada.
Pero, Karma ¿es en verdad el gran verdugo Universal, creado (¿creado en cada manifestación universal o nunca ha tenido principio ni fin y es activo aun en el reposo universal?) solo para castigar sin piedad a todo aquello que desarmonice en el mundo material y humano y en el mismo Universo? Tal vez sea necesario tratar de entender mejor esto, para luego comprender y así incorporar el conocimiento en nuestro íntimo ser.
Si decimos que hay una Armonía Universal, debemos suponer que todo acto que provoque desarmonía, deberá ser corregido para mantener esa Armonía viviente en perfecto equilibrio, ¿qué es lo que provoca desarmonía en el reino Humano? Hoy sabemos por la Teosofía que ha divulgado este conocimiento, de manera más universal que, la mayor causa que provoca la reacción de un Karma negativo, según nuestra apreciación, son los actos basados en la ignorancia, esta madre de todos los males, es la más prolífica gestadora de errores en la conducta humana. El conocimiento de las funciones de la Ley de Karma, puede modificar nuestra conducta errónea originada por la ignorancia, y comenzar a armonizar con la reacción niveladora de Karma. Cuando sabemos cómo opera la Ley de perfección ¿a qué violentar con acciones incorrectas a esta Ley? La ley moral de todos los tiempos, aplicada en antiguas escuelas de Sabiduría nos dice de ella misma, que su conformación es esencialmente el fruto de las acciones correctas. Una manera de asociarnos con ella debería ser un cambio real y profundo en la conducta observando con el mayor sentido común, de no caer en extremos que puedan formar conductas estructuradas y que inevitablemente quedemos presos dentro de ellas y generen ¡¡otro tipo de Karma!!
Muchos de los efectos Kármicos, que afligen a la mayor parte de la raza humana, son el resultado de acciones colectivas de familias, barrios, pueblos, ciudades, naciones o globales, este Karma colectivo es el que más afecta en masa a toda la Humanidad, y es por eso que somos afectados también en lo individual porque somos parte de esa masa Humana. Pero si cada ser Humano genera un campo de pensamiento y de acciones correctas donde quiera que esté, poblará el campo mental colectivo, de esa fuerza espiritual, ahuyentando las tenebrosas masas de pensamientos cargadas de egoísmos y de las más infestas intenciones salidas de las mentes corrompidas de seres Humanos que ven en la materia su única realidad, la cual debe ser vivida como el último día de vida para “gozar y ser felices”.
Nos podemos preguntar, ¿en qué dirección va nuestra Humanidad? podemos deducir que tiene a cuenta un futuro casi totalmente hipotecado por un Karma que al restablecer el Orden, producirá tanto dolor en esta Humanidad, proporcionalmente al daño causado en el sistema. Entonces, al parecer, nuestra Humanidad, no ha ido en la dirección correcta, a pesar de los líderes espirituales que aparecieron en el mundo, dejando tras de sí, las normas de conducta que consiguen con su práctica la liberación de tanto sufrimiento inútil. Todas las enseñanzas liberadoras en muchos casos, cayeron en las manos de sacerdocios organizados, y la otrora Religión Universal de Sabiduría, se fue corrompiendo a medida que se subdividía por la ambición y el poder. Entonces, el dogma apareció para crucificar las enseñanzas y condicionarlas dentro de un infinito mar de supersticiones que esclavizan con sus creencias, a las sociedades más pobres y humildes. Pero en todos los tiempos hubo Hombres Sabios que supieron salvaguardar el cúmulo de Sabiduría heredada de otras grandes evoluciones de otros sistemas. Protegidos por el silencio y el misterio, estos Hombres Sagrados son los guardianes y servidores de todo el desarrollo humano dentro de este planeta, produciendo en cada ciclo Kármico una benefactora influencia en la mente de toda esta Humanidad para impulsar su evolución espiritual. En cada Ciclo Kármico, elegido por ellos, hace su aparición en el mundo uno de sus integrantes, para ajustar y reformar los desvíos del conocimiento Espiritual, que son ocasionados por el hombre que ha tomado al mundo físico como su única realidad, sin darse cuenta que esta asociación con esta irrealidad Mayávica lo puede perder en una incesante rueda de reencarnaciones, cuando no, desintegrado por el enorme peso kármico de sus propias malas acciones. Ellos han revelado que en toda religión se encuentra parte de esta Sabiduría Divina, por cierto, oculta tras el velo de las supersticiones que han terminado siendo tomadas como verdades y como Ley. Pero un día llegará en que todas las religiones deberán retornar a su origen y fuente Universal, conformándose en una única vía Espiritual para conducir al Hombre al sagrado templo interno de su propio Ser, pues no tendrán las religiones más que aceptar los hechos de sus desvíos y redimirse por la fuerza de las evidencias, ante la fuente de Sabiduría que una vez, por la ambición y el poder abandonaron, y ese hecho ha tenido un costo Kármico demasiado elevado en dolor y sufrimientos indecibles, causado por el fanatismo religioso, el mayor crimen gestado por la superstición y la ignorancia humana.
Quien entienda y luego comprenda la ley de Karma, jamás creerá en milagros, y mucho menos en la santidad de ningún sacerdote de ninguna religión y muy difícilmente caerá en la trampa de estas imposiciones religiosas, y esa es su primera gran libertad; ya no estará más condicionado por el miedo a un dios flagelador y reaccionario ante la negativa de rendirle tributo con su adoración. Ser libres y poner esa libertad en manos del esclarecimiento mental e intelectual más elevado, poder reconocernos como entidades libres para educir nuestro futuro espiritual, en armonía con esa Ley que lejos de someternos, una vez que vamos comprendiendo su funcionamiento y a la vez cómo debemos funcionar dentro del esquema de evolución, colabora para que cada mérito logrado por nuestro esfuerzo sea un impulso más hacia la Libertad Mayor, Nirvana.
Es necesario comprender que Karma rara vez responde de manera lineal, Karma aparece en todos los sucesos de nuestra vida cuando ha reunido una cantidad de causas, produciendo una síntesis con todas ellas y un resultado determinado, por ello es que es tan difícil saber porque los sucesos de nuestra vida nos afectan de tal o cual manera y podemos suponer que somos “castigados” por alguna voluntad divina por alguna razón que desconocemos. Pues no, si algo perturba nuestra vida con dolor de cualquier tipo de sufrimiento, es solo el resumen Kármico de nuestras acciones que nos son retribuidas por la reacción de esta Ley, ya sea el resultado por errores cometidos en esta vida o en otras existencias anteriores, cuyas acumulaciones han encontrado en esta existencia la oportunidad de manifestarse. “Cuando el Cáliz Kármico se ha llenado hasta su límite, éste se derrama inevitablemente sobre quien lo llenó”.
H. P. Blavatsky dice en La Doctrina Secreta, “El Kosmos entero es guiado, controlado y animado por una serie casi infinita de Jerarquías de Seres conscientes, cada uno tienen una misión que ejecutar y que, les demos un nombre u otro, llamándoles Dhyan-Chohans o Ángeles, son “mensajeros” solo en el sentido de que son los agentes de las Leyes Kármica y Cósmica”2. Es en estas declaraciones de esta maestra de la Teosofía en que debemos detenernos un momento para asimilar la idea de lo que nos está diciendo, “…una serie casi infinita de Jerarquías de Seres conscientes…son los agentes de las Leyes Kármicas y Cósmica…” Vale decir, que Karma es una Ley que es constantemente impulsada por estas súper-inteligencias, manteniendo una constante vigilancia en el orden y el equilibrio en la manifestación de este poder Armonioso en todos los principios o planos y por lo consiguiente afectando a todos los seres o vidas existentes en esos planos o principios. Estas Jerarquías, llamadas también Jerarquías Angélicas, son convocadas por personas que pretenden tener “contacto” con ellas. Cabría preguntarse, si estas personas conocen de la enorme dificultad que implica contactarse con estas Jerarquías, las mismas están compuestas por hombres que han alcanzado ese estado, en manifestaciones quién sabe en qué antiquísimos períodos de tiempos pasados, o en universos anteriores al presente; y muchos otros son futuros hombres que aún no han pasado por la evolución física o sea, no han encarnado; una vez llegados a ser Seres Humanos podrán reconquistar esos reinos desde donde son originarios pero, en un nuevo estado de conciencia ganado por esfuerzos realizados en el plano material, reino de Maya (productora de ilusión). Lo tocante a este tema está relacionado a la falsa idea de que es posible usar de mediador a un “Ángel” o “Deva” o algún “Santo humano” y poder a través de ellos evitar los efectos Kármicos originados por acciones incorrectas. No es solo el arrepentimiento, el que puede pretender abogar ante esta ley de justicia, en todo caso el arrepentimiento debe ser el compromiso incorruptible para no volver a hacer aquello que no se debe hacer. Si debemos aprender de nuestros errores, no debemos desaprovechar la vida para resolver la mayor cantidad de ideas equivocadas que pululan en nuestra mente y provocan solo sufrimiento a nuestro alrededor, creando así más Karma y no necesariamente el más conveniente. Pretender entregar a seres divinos nuestros errores para ser “salvados” de las consecuencias es ignorar los poderes de esta ley que tarde o temprano se hará presente en nuestra vida y pedirá la restitución del equilibrio alterado; todo Karma que es generado por nuestras acciones, solo puede ser resuelto por nosotros mismos, tanto el que es generado desde nuestra mente, como aquel que llevamos a la realización en el plano físico.
Entonces, vemos la imposibilidad de cualquier interacción con esos planos a los cuales solo podríamos acceder con una vida de pureza Espiritual inmaculada que solo se puede lograr con una profunda dedicación que llevara años o aún más, vidas. Es necesario alcanzar la nota tónica de cada principio espiritual, para que el Dyan-Cohan de ese principio, nos dé vía libre porque lo hemos conquistado por esa suprema pureza lograda por la renuncia a toda tentación del plano fenomenal. Agregamos que, siendo que ellos son los administradores de Karma, sería en todo caso imposible la complicidad con ellos, en ocultar un error cometido por la inconducta humana. Estos Reinos están muy lejos de ser alcanzados por personas con mentes llenas de supersticiones. Esto último, debe ser la primera asepsia mental que deberá hacer quien pretenda incursionar por tan elevadas esferas espirituales, pues median entre este plano y los planos donde ellos residen, un sin fin de años de evolución. Debemos poder ser conscientes en esos planos, lo cual implica lograr tal pureza de vida espiritual necesaria para acceder y actuar dentro de esos supremos estados de conciencia de cada uno de esos planos y ningún Deva, o Dhyan Chohans querrá implicarse con los errores del plano más bajo de la materia y sus habitantes, ellos, solo expresan la ley de armonía infinita, o sea a Karma. ¿Cómo puede creer alguien que puede conectarse con seres tan elevados y hacerlos cómplices de sus fechorías y errores o para que curen sus enfermedades como también sus frustraciones, todo eso tal vez como resultados Kármicos? Esto es necedad e ignorancia, solo el ser humano crea leyes que pueden ser corrompidas, y es por eso que cree, en su ingenuidad, que es posible hacer, a través de su religión, que un ser de esa naturaleza cumpla con sus deseos o lo libere del peso Kármico contraído por sus desvíos.
Tal vez sea necesario advertir que en las invocaciones hechas a los Devas o Ángeles, los únicos que es posible que respondan, son los elementales, los cuales suelen tomar la apariencia de aquello que está en la imaginación del convocante.
El Karma no es una cuestión de creencia ciega o una fe aún más ciega, no comulga esta ley con ninguna superstición, si alguien empleara la superstición para producir temor y lograr algún egoísta beneficio con ello, lejos estará en todo caso de su comprensión y su justicia. El estudio y la investigación sobre Karma es para el investigador, que busca el crecimiento espiritual de la Humanidad, en una constante observación de su manifestación, su reflexión deberá crear nuevos “surcos mentales” más apropiados para lograr una asociación plena con esta ley. Esto provocará que la Naturaleza le abra las puertas de sus Sagrados recintos para comprender cómo, desde la inmensidad del Kosmos, pasando por el reino Humano, hasta llegar a los micro mundos de infinitas vidas, todo se encuentra cobijado por el poder impulsor de esta ley única. Son esos Hombres, los que se asocian a ella y se hacen así mismos esa misma ley, que una vez que han logrado su perfección, deja de ser Karma para ellos, o sea que se ha logrado esa divina transmutación en la que esta ley perfecta es Dharma. El Hombre Espiritualmente realizado vive en Dharma, el hombre que no ha alcanzado ese estado Espiritual vive y sufre bajo el imperio correctivo de Karma.
Para poder entender y luego comprender nuestra existencia en este Universo, es necesario saber que todos los que formamos parte de él, estamos aquí porque esa incognoscible ley de Karma llama al sueño a esa Divina Unidad, y comienza un Súper Ciclo de existencia que abarca todo el todo o sea lo que llamamos Kosmos, es en este escenario infinito donde toda la actividad comienza con un nombre, Evolución. Un mar de vida se expande por todos los principios espirituales hasta que esa oleada de vida, se materializa en el Mayávico Universo, donde la ley de Karma opera a través de leyes que aún desconocemos y otras ya son conocidas por nuestra actual civilización y su ciencia. La actividad de Karma en el universo opera de manera distinta que en el ser humano, es en este último en que es el agente corrector ético y moral de la conducta humana, y en el Universo es el balance de las energías más poderosas e inimaginables que mantiene en perfecta armonía los sistemas galácticos con sus miríadas de soles y planetas donde la vida se desarrolla impulsada por esa ley de necesidad, hacia su éxito o hacia su fracaso. Los unos que van superando los obstáculos de la evolución giran en una espiral ascendente ciclo tras ciclo, pero los que van perdiendo impulso y se convierten en un fracaso, su espiral va en agónico descenso y finalmente se desintegran arrebatados por los ígneos poderes de la ley, Karma.
Bajo el poder de la llamada “Ley de Necesidad” descendemos a los campos de la evolución, Imperio de Karma con sus eternos Ciclos e inter-ciclos, que de manera ascendente, van marcando los grados de evolución y de progreso de miríadas de vidas. Toda individualidad trae consigo el primer Skandha que lo anclará a la materia, la Ignorancia. Este es el punto de partida en el campo de la evolución de toda vida física, la Ley de Necesidad encuentra en ella el motivo principal para hacernos ingresar al río de la evolución, llamado Samsara, donde somos arrastrados por las corrientes de las reencarnaciones tantas veces como sea necesario, hasta que “nos demos cuenta” que podemos erguirnos y caminar por nuestra cuenta, manteniendo el equilibrado discernimiento que nos permitirá llegar a “la otra Orilla” tras penosos esfuerzos. Haciendo uso de la imaginación planteo así parte del proceso de evolución. Salir de este Río de Samsara será todo un supremo esfuerzo que deberemos hacer en cada existencia, para lo cual será necesario estudiar a profundidad los vehículos de Karma, llamados Skandhas, que generamos sin control debido a nuestra ignorancia. Es el descontrol que existe en nuestra Mente-Kámica, el que nos lleva de continuo a crear apegos a esos mismos Skandhas en un círculo vicioso y enfermizo. El egoísmo instintivo que provocan esos Skandhas dan como resultado una feroz “lucha por la existencia” que nos va corrompiendo de tal manera que toda nuestra vida está basada en una competencia encarnizada, por llegar a ninguna parte. Es en esa “lucha por la existencia” de la cual habla El Mahachohan en su carta del año 1891, donde perdemos toda moralidad, y hacemos pedazos la ética de la conducta. Los “crímenes mentales" terminan materializándose, trayendo más dolor y miseria a la vida humana y por consiguiente más Karma desfavorable.
Esto nos pone a la cabeza en este sistema, de ser los seres que más generamos Karma de todo tipo, y sus resultados, son la cárcel de otra reencarnación: nacimiento, niñez, adolescencia, madurez, vejez, enfermedad y nuevamente la muerte. Luego de un relativo descanso en Devachán, surgimos a la vida terrestre otra vez, atraídos por el poder mismo de Karma y todo ese ejército de Skandhas. La creación inconsciente de esos ejércitos de Skandhas, son un polo de atracción a la materia, si hay Skandhas, hay Karma.
El Karma es atraído por toda cosa que vibre y se mueva, produciendo con ello causas, pero los resultados o efectos, son administrados por esta Ley, que inevitablemente impulsará esos resultados en forma espiral, hacia arriba o hacia abajo según sea la acción primaria, positiva o negativa, alcanzando al productor de esas causas ya sea en esta vida o en otras ya que como antes explicamos Karma no es lineal. Pero es en el Hombre, que esa espiral puede descender peligrosamente si no despierta el interés Moral de corregirse. Karma y su Ley de Ciclos son los que provocan nuevos impulsos, creando las modificaciones necesarias en que todo ser viviente y los sistemas en los que vive, en cada culminación de cada uno de ellos, va potenciando la evolución siempre hacia delante por el poder renovador y vivificante como también selectivo de los Ciclos. Según el progreso obtenido por cada individualidad, le da los derechos Kármicos para incluirse en el siguiente Ciclo, pero es en este difícil “paso”, en que muchas Almas quedan rezagadas e imposibilitadas de “pasar” a causa de sus desvíos y pierden esta nueva oportunidad, el peso de ese Karma nocivo las arrastra al fondo de ese viejo y oscuro ciclo, donde su destino generalmente es previsible pero, no es bueno ni oportuno mencionarlo aquí.
Tenemos entonces, algunas facetas de esta incognoscible Ley, que ya podemos ir observando. La importancia de conocer sobre la Ley de Karma, debe producir en el estudiante una modificación genuina de su conducta. Es entonces donde comienza a librarse la más cruenta batalla en nuestros sentidos, entre lo que quiere y lo que no quiere y en lo que debe hacer; todos nuestros contenidos abogan por defender cada una de nuestras acciones, calificándolas como buenas, ¿son buenas en realidad? entonces, ¿por qué estamos aquí? y es quizás, la respuesta que surge, si somos veraces, que no es casualidad nuestra existencia aún aquí, entonces, es causalidad. Así queda demostrado que la Ley no se equivoca, es en su lienzo Cósmico donde ha quedado grabado por los Lipikas, cada gesto y cada pensamiento y cada acción, que ha llevado a determinados resultados que son los que propician nuestro retorno al mundo con todo lo que existir en él, implica.
Por eso, es tan importante que nuestra actividad en la vida diaria esté siempre sustentada en las buenas acciones y en los correctos pensamientos, estos últimos una vez formados por la intensidad del odio o del amor, acometerán en contra o a favor de aquello que odiemos o amemos, pero sea cual fuere la causa que lo genere, siempre y sin excepción producirá Karma, que siempre retorna con el mismo impulso con el que fue generado, de manera que la acumulación positiva o negativa de esas formas de pensamiento pesará lo suficiente como para que, el que pese más, decida el futuro Karma a ser vivido en la siguiente encarnación, por ello si nos observamos con más detenimiento podemos conocer gran parte de nuestra existencia futura, “Si quieres saber cómo será tu vida futura observa tu comportamiento en la presente”.
El Karma Mental que producimos con la cantidad de intenciones buenas y no tan buenas, como las acciones que terminamos llevando a cabo por la inspiración de esos mismos pensamientos, nos suelen intensificar el resentimiento, odio y venganza como a la vez un intenso egoísmo, porque generalmente somos más proclives a los pensamientos poco correctos, y de allí esos resultados que nunca imaginamos que son entidades vivas y que suelen dibujar el futuro Kármico en el secreto silencio del mundo Mental que, por no saberse mucho sobre él, no deja de guardar cada acción y gesto como intención, que Karma recopila para ponerlos a la hora de la muerte en la balanza de las decisiones futuras.
Detrás de cada una de las Leyes manifestadas en todos los Principios o Planos, existe una inteligencia Suprema que la gobierna. Esas Inteligencias hacen posible que cada una de estas Leyes se mantenga con el mayor grado de pureza y perfección en constante actividad impulsando en su septenaria fuerza, el lado de la naturaleza que le toque, en el Plan Divino o de Evolución.
Todo el equilibrio de esas potentes leyes dinámicas dependen de Karma, e inter-vienen en todo el desarrollo de la manifestación Kósmica, siendo impulsadas en cada Ciclo Kármico, por esas inteligencias Chohánicas, que en cuyo Plan llevan hacia la perfección a todos los componentes de cada manifestación, sean de matriz atómica subatómica o superatómica, etc.
La actual Ciencia puede ver y comprobar, los efectos últimos de estas fuerzas que se revisten de poder en el plano físico, y verán los sistemas Solares con sus respectivos planetas y estos con sus lunas, como también infinita cantidad de galaxias que junto con la nuestra, mantienen un orden cíclico en sus respectivas órbitas, el cual comienza a ser descubierto por la inteligencia Humana, desconcertándola por la precisión de sus exactas revoluciones. Hoy, nuestros científicos conocen bastante de estos hechos, aunque, como antes se dijo, no han alcanzado aún, ver las fuerzas verdaderas que producen los llamados últimos efectos, o resultados, y durante siglos han visto la periodicidad cíclica de muchos efectos Cósmicos, como el efecto que se da de continuo en todo el universo, en que todo gira de manera espiral, sobre un centro determinado. Cada Galaxia genera por sí misma ese poder dinámico para que cada uno de sus sistemas solares alimenten determinada cantidad de planetas con sus respectivas vidas, ya sean estas visibles o invisibles a la visión Humana, pero detrás de ese imponderable poder, se esconde a nuestras aún pobres percepciones, las dos potencias que logran este balance Kósmico, llamada por la ciencia humana, ley de gravedad. En realidad, son todo un conjunto de energías que producen un potente campo electromagnético, en oposición a la fuerza inducida desde la inteligencia que gobierna cada planeta, como a cada Sol. Son los Soles, los centro de actividad principal y sostenedor de las vidas internas y externas de cada uno de esos planetas que lo rodean, en giros y elípticas producidas por la dinámica de todo ese conjunto llamado sistema planetario o solar. Todos en un eterno movimiento rotatorio, donde la Fuerza interna se proyecta como el poder en la materia, imbuida por esa Ley de gravedad, modelando las esféricas formas de cada globo. Siempre que hay movimiento, en cualquier rincón del Universo, hay algún tipo de vida, visible o no. Si estas vidas ya tienen acceso al principio mental generarán seguramente causas, con sus correspondientes efectos, y esto hace posible que Karma intervenga dependiendo del grado de evolución que en esa esfera se desarrolle; lógicamente que existen variantes inimaginables para nosotros, pero sí que operará en el orden moral y ético en esas individualidades, porque obtenido el principio Mental se hacen moralmente responsables de cada acción generando el Karma correspondiente, como lo hace en la actual raza Humana de este sistema, como también en el equilibrio planetario y de orden que dará lugar al tipo de vida sensiente que posiblemente se desarrolle allí.
Las Galaxias y sus giros, contienen en sí mismas una cantidad inmensa de planetas y soles y cada una es una flor de la creación, que junto con la infinita cantidad de ellas, forman el jardín más bello y fantástico de la evolución. Toda esta espléndida visión, es el escenario donde el llamado drama de la vida se desarrolla, y a la vez, todo el Universo, junto a sus miríadas de galaxias, viaja en una dantesca espiral, expandiéndose en ese mar de vida al cual llamamos Kosmos, bajo la vigilante y protectora Ley de Armonía llamada Karma. Es esta Ley la que abre la puerta de un nuevo proyecto Kósmico, ayuda en todo su desarrollo, evalúa el mérito y el demérito de las acciones de los entes inteligentes en todo el Universo, es Karma, que hace el último balance evolutivo de cada Kalpa Universal, llevando los resultados a esa misteriosa Unidad de Vida y finalmente, cierra la puerta hasta el próximo desarrollo Kósmico, mientras vigila el reposo silencioso de toda actividad de esa Unidad insondable que ha despertado a su Realidad, hasta que hace sonar la hora para entrar al nuevo sueño Kósmico, entonces, la Unidad, nuevamente entra en la diversidad, para comenzar una vez más la actividad con sus eternos procesos en una espiral siempre ascendente, donde cada individualidad va transmutando su ignorancia, en Sabiduría, y comienza a reconocerse como una Divinidad integral de ESA Unidad infinita, única y permanente, así como desconocida…
Por Manuel Fernández
Agosto del 2014
1- Pág. 185 en la edición de Kier del 2007, pág. 201 1ra edición en inglés.
2- Tomo I pag. 274 de la 1ra edición en inglés.